Consumir reality shows es algo común en la sociedad mexicana, resulta entretenido ver a famosos y desconocidos enfrentarse en una competencia constante. Situación que revela la personalidad de los participantes, la cual puede lanzarlos a la cumbre o dejarlos caer al fondo, como le pasó al influencer Adrián Marcelo.
Misógino, gordofóbico y propagador de la violencia de género, son algunas etiquetas que ahora tiene Adrián Marcelo, pues el disfrazar la violencia en forma de bromas originó que varias marcas patrocinadoras retirarán su apoyo al reality, manifestando que ellos promueven valores que no coinciden con los mensajes emitidos por este joven. Esto sin duda fue una gran jugada de las marcas, pues quedaron muy bien ante la sociedad, no dudo que también sea una estrategia.
Recordemos que el 8 de agosto, la Secretaría de las Mujeres exhortó, a través de un comunicado y en redes sociales, a la productora del programa a evitar la violencia de género. Aún así vimos en pantalla burlas hacia la gente de talla grande, con depresión, con cirugías estéticas, y de personas que requieren fármacos para ser funcionales.
Adrián Marcelo minimizó a las mujeres pero también tiene problemas, pues para nadie es sorpresa que dicho personaje ha expresado ser consumidor de marihuana desde los 20 años, que padece ansiedad y que se le vio con el síndrome de abstinencia en la competencia, situación que no lo justifica.
Pero la gota que derramó el vaso fue la frase expresada el pasado domingo cuando tras la salida de una mujer de la competencia, el youtubero dijo: “una mujer menos para maltratar”. A quién se le ocurre decir eso en un país donde hay feminicidios, y que conste que en el pasado Adrián Marcelo ya había pedido disculpas por hacer comentarios de este tipo.
Vimos a mujeres sufrir violencia verbal y psicológica en pantalla, pero no es novedad, pues en México la violencia psicológica la han sufrido el 51.6 por ciento de las mujeres, según la Encuesta Nacional de Dinámica de las Relaciones en los Hogares del Inegi.
