Hay que aceptarlo, algunos padres no tienen vocación y ni se esfuerzan por dar una crianza sana a sus hijos. Hay quien prioriza las drogas, a su pareja, a su trabajo y al estilo de vida por encima de los menores, y esto los lleva a creer que la vida de ellos no es tan importante.
Tal es el caso de la madre y padrastro de Lluvia Yareni, la menor de ocho años reportada como desaparecida en Huauchinango y recientemente encontrada sin vida en el patio de su casa. Pues hoy se sabe que fue una menor que sufrió violencia familiar y feminicidio.
No solo los vecinos, compañeros de escuela y hermanos no verán crecer a Lluvia Yareni, los culpables de su muerte privaron a muchas personas de conocerla, a los que iban a ser sus maestros de secundaria, a quien sería su mejor amiga y a su futura pareja. No hay pena en la cárcel que pueda cambiarlo.
Es vergonzoso que en Puebla los asesinatos de menores estén a la orden del día. Tan solo la semana pasada mi compañero David Meléndez llevó una nota que evidenció que en 2024 fueron asesinados 142 niños en el estado y de éstos hay 27 casos dolosos.
Existen personas que anhelan tener hijos para darles amor, pero por alguna razón no pueden ser padres. En contraste vemos a estas personas deshumanizadas que salen en las noticias porque han abandonado o maltratado a sus hijos. Como el caso en Tultitlán, donde unos padres planearon el abandono de su bebé, y fue la propia abuela quien confesó a las autoridades el hecho y llevó a su propio hijo ante la justicia.
Los hijos no son el requisito que toda pareja debe cumplir, quizás es tiempo de preguntarnos si realmente deseamos ser padres, para no llegar a ser aquellos que violenten o maten a sus hijos.
Recordemos que el artículo 47 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, señala que las autoridades deben prevenir, atender y sancionar situaciones que afecten a los menores y esperamos que la justicia sea para quienes están siendo maltratados o asesinados.
Como sociedad no podemos normalizar estos casos, debemos denunciarlos y pedir justicia.