En 2019 Puebla ocupó el quinto lugar en índices de natalidad a nivel nacional según datos del INEGI, y al corte de 2022 se posicionó en el mismo peldaño, solo después de Chiapas, Guerrero, Michoacán de Ocampo y Zacatecas. Y en estos datos resalta que la edad de las poblanas que se convierten en madres es mayor en el rango de 10 a 17 años, por lo que es innegable el escenarios de madres adolescentes.
México contabiliza 1 millón 891 mil 388 nacimientos registrados de 2013-2022, sin duda una cifra superior a la acumulada del 2021, que fue de 1 millón 629 mil 211. Aunque éstas cifras resultan menores a las de 2020, donde se registraron 2 millones 092 mil 214 nacimientos. Algo sucede que la natalidad va a la baja.
La natalidad y crianza deberían ser una decisión compartida, pero en países como México la responsabilidad recae en la mujer, porque el padre se limita a ser proveedor.
No solo las crisis económicas o guerras influyen en la natalidad, el feminismo también, porque reveló que existe la libertad de decidir cuántos hijos y en qué momento tenerlos o no.
Las mujeres saben que no son sólo úteros, sino que son personas con derechos reproductivos. Y aunque su país necesite más población, como sucede en Corea del Sur, donde se les incentiva a tener más hijos, a través de publicidad y programas sociales, todas saben que tienen opciones.
En contraparte también hay mujeres que desean tener más hijos de los que en realidad tienen, algunos obstáculos para no hacerlo son: el coste de vida, la inseguridad o la migración, la mortalidad infantil y hasta el envejecimiento de las mujeres. Pero el obstáculo mayor es el sistema del patriarcado, pues hay mujeres con éxito profesional pero sin hijos, porque el sistema no les permite compaginar ambas facetas. Las mujeres seguimos adaptándonos al trabajo y no al revés. Y para muestra los pocos espacios de lactancia o guarderías en las empresas.
La baja natalidad no es una venganza femenina, si así lo fuera no habría adolescentes criando bebés. La cifra de madres adolescentes nos obliga a hacer un cambio al sistema.
Porque sí desencanta que solo el 81.0 de los registros de nacimientos fueron hechos por ambos padres y qué hay de 14.3% de mujeres que acudieron solas, sin omitir que de esas madres el 59.6 % (1 127 343) declaró que no trabajaba, ¿qué futuro nos espera?, ¿Quién quiere tener hijos en un mundo así? Y para las que los tienen cómo por qué deberían dejar de crecer laboralmente sólo por ser madres.