Política

Un demócrata apellidado Zedillo

La economía mexicana, al finalizar el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, estaba sostenida por alfileres o, por lo menos, es lo que dicen algunos analistas. Pedro Aspe, el encargado de llevar las finanzas públicas durante la gestión del muy denostado impulsor del programa ‘Solidaridad’, hubiera podido, al parecer, mantener las cosas sin provocar un derrumbe tan catastrófico como el acontecido por el llamado “error de diciembre”. Pero, qué caray, no era de las confianzas —o del agrado— del presidente Zedillo de manera que el cargo le fue encomendado a Jaime Serra Puche, quien estuvo apenas 28 días al frente de la Secretaría de Hacienda. Quienes aseveran que la gravísima crisis de 1994 fue provocada por el gobierno entrante señalan, justamente, que los recién llegados “quitaron los alfileres”.

Muchos especialistas, sin embargo, tienen otra visión: el devastador episodio económico fue causado por los insostenibles desequilibrios financieros que se generaron al finalizar el sexenio de Salinas: un enorme gasto fiscal, sobrevaluación del peso mexicano, descomunal déficit de la cuenta corriente, emisión masiva de deuda en moneda nacional (pero pagadera en dólares), en fin, toda una serie de factores que, en algún momento, tarde o temprano, llevarían a una situación explosiva.

En todo caso —y más allá de la que la inevitable devaluación del peso hubiera sido torpemente manejada por el nuevo equipo económico— a Ernesto Zedillo le correspondió pagar los platos rotos y, sobre todo, acometer la muy ingrata tarea de reparar los entuertos heredados.

Llegó a ser tan crítica la situación que los mexicanos estuvieron en riesgo de perder sus ahorros y la intervención gubernamental fue absolutamente necesaria para salvaguardar su patrimonio, custodiado por los bancos. Se creó así el Fondo Bancario de Protección al Ahorro, el famoso Fobaproa, rechazado por las fuerzas políticas de la izquierda y, a la vez, muy cuestionado, hasta la fecha, por haber sido instrumento de las corruptelas de siempre (una auténtica epidemia en un país donde no puede haber prácticamente ningún programa, proyecto o iniciativa sin que los marrulleros de rigor metan las manos).

El tema, en estos días, es que el doctor Zedillo ha expresado su preocupación ante la deriva declaradamente antidemocrática que está viviendo nuestra nación de la mano del régimen de la 4T. Para responderle, los heraldos morenistas le restriegan en las narices el tema del referido Fobaproa haciéndolo aparecer como una gran defraudación siendo que se trató, en principio, de que la gente no perdiera el dinero que había depositado en los bancos. Lo acusan también de haber ejecutado una reforma judicial que, a diferencia de la que está acometiendo ahora el oficialismo, le brindó más autonomía e independencia a la Suprema Corte, fortaleciendo además el aparato de impartición de justicia.

El hecho, incontestable, es que Ernesto Zedillo hizo que México fuera más democrático. No hay manera de restarle méritos a un hombre así. 


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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
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  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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