Política

Tan sencillo como excluir a los que excluyen

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

Los países sojuzgados por regímenes autoritarios pueden argumentar que no ser invitados a la Cumbre de las Américas es un acto de exclusión, una medida arbitraria y discriminatoria. Pues, tal vez, pero lo primerísimo que hacen las dictaduras es, justamente, excluir: privan a sus ciudadanos de los más elementales derechos, encarcelan a los críticos, prohiben la libertad de prensa, torturan y fusilan. ¿Por qué tendrían que sentarse a la mesa de las naciones democráticas? ¿Son socios honorables? Y, sobre todo, ¿por qué pretenden asociarse con los demás si lo que hacen —mañana, tarde y noche— es criticar su sistema “capitalista y depredador”? ¿Por qué no se juntan nada más entre ellos para glorificar a sus anchas la “revolución bolivariana” y entonar loas al “socialismo del siglo XXI”? ¿O el tema, más bien, será que buscan apoyos —mirando hacia otro lado y sin excesivos remilgos— para mitigar las durezas de sus destartaladas economías? ¿El socialismo local necesita entonces al capitalismo ajeno?

Quienes denuncian el embargo comercial de los Estados Unidos contra Cuba no explican las razones por las cuales un sistema comunista pretende beneficiarse, para funcionar, del modelo económico de su adversario. Tampoco reconocen que el presunto “bloqueo” no es más severo por razones estrictamente humanitarias. Es más, hablando de la maligna potencia imperial, los Estados Unidos enviaron miles de toneladas de cereales, pan blanco, leche condensada y azúcar a la mismísima Unión Soviética —hace poco más de 100 años, en los tiempos de Lenin— para paliar la monstruosa hambruna que estaba padeciendo el pueblo ruso. Salvaron a centenares de miles de niños, entre otras de las víctimas del totalitarismo comunista. Pero, a ver, ¿hoy día, la propia revolución cubana o el socialismo bolivariano son tan nefarios como para necesitar ayudas… humanitarias? Pues, ¿qué tan dura es entonces la existencia en esos países?

Lo que pasa es que son, en los hechos, Estados delincuentes: asesinan, torturan y encarcelan, como hemos dicho. Y, así como en una junta de vecinos no se invita a participar a un sujeto de quien es sabido que es un secuestrador, de la misma manera los regímenes autocráticos no tienen cabida en un club de demócratas. Tan sencillo como eso.

Román Revueltas Retes

[email protected]

Google news logo
Síguenos en
Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • [email protected]
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.