Política

2024 no será un año más

Está a punto de comenzar un año absolutamente decisivo en la historia moderna de México. En lo que toca a una posible categorización de las adversidades que ha enfrentado este país, es cierto que los acontecimientos de la turbulenta época de doña Revolución fueron muy violentos y dramáticos, con magnicidios, altas traiciones en la clase gobernante, sangrientos levantamientos en varios rincones de la patria y una escalofriante mortandad.

Pero ahora no vivimos tampoco verdaderos tiempos de paz, ni mucho menos. De hecho, el número de asesinatos acaecidos en estos territorios equivale a las bajas en combate contabilizadas entre algunas naciones beligerantes, pese a que no se ha declarado formalmente una guerra aquí.

El estrepitoso fracaso en la estrategia para disminuir la barbarie que nos azota habrá de quedar registrado en los anales de la historia y será el ignominioso sello que marcará por siempre a los actuales encargados de la cosa pública, así sea que se hayan adjudicado, por cuenta propia y antes de siquiera alcanzar las prometidas hazañas, un puesto en el altar de los supremos episodios nacionales.

Justamente, las elecciones generales que tendrán lugar en 2024 marcarán el rumbo que seguirá nuestra nación en este apartado. Así fuere que el desenlace de las votaciones girara solamente en torno al tema de la seguridad ciudadana, su trascendencia es enorme.

Pero, qué caray, los entuertos por cuenta del régimen de la 4T no se acaban ahí. Hemos sobrellevado, como decíamos, momentos terribles desde que comenzamos nuestro andar como una nación independiente pero en las últimas décadas hemos logrado, a pesar de todos los pesares, edificar una estructura pública para sustentar nuestra democracia de manera más sólida. Ocurre, sin embargo, que ese orden lo pretenden desmantelar los actuales gobernantes.

Los logros alcanzados en la empresa democratizadora resultan de años enteros de luchas ciudadanas y del activismo de compatriotas tan comprometidos como valientes: hemos acabado con el presidencialismo avasallador que había instaurado el antiguo Partido Revolucionario Institucional (paradójicamente, esa misma agrupación política impulsó, hay que decirlo, la creación de instituciones republicanas que han propiciado la transición democrática de México); contamos con un ente de reconocida suficiencia y probidad para celebrar nuestros procesos electorales; el banco central es un órgano independiente del Poder Ejecutivo; se han creado institutos autónomos para fiscalizar los quehaceres gubernamentales y servir de contrapeso al ejercicio de las potestades discrecionales del presidente; y, en fin, la Suprema Corte de Justicia sigue siendo un cuerpo de magistrados que se encargan de velar ejemplarmente por los principios constitucionales.

Estas conquistas, que no eran nada evidentes en los tiempos pasados, las tenemos que defender al votar el próximo mes de junio. Y precisamente por ello, 2024 es una fecha crucial en el calendario de un gran país llamado México.

¡Mis mejores deseos para ustedes, amables

lectores! 


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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
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  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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