Escuché, hace un par de días, la entrevista que Joaquín López Dóriga le hizo en la radio a Ana Gabriela Guevara, la Directora General de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte. La mujer me caía algo mal, debo decirlo, en su aparente condición de izquierdosa de nuevo cuño y como integrante, precisamente, de una corriente política que me saca urticaria en mi correspondiente categoría de liberal a ultranza —por no decir neoliberal adherido a los principios del libre mercado, a las bondades del capitalismo y, desde luego, a los fundamentos de la sociedad abierta— pero, miren ustedes, me pareció, de pronto, una persona esencialmente sensata, seria, conocedora de las cuestiones del deporte y con una visión muy clara de lo que debe hacerse en este país para mejorar las cosas en ese ámbito.
Habló, Ana Gabriela, de que en los próximos Juegos Olímpicos participará un número récord de competidores y de que sus colaboradores, bajo su dirección, han elaborado un detallado registro, con todos los parámetros, de los deportistas que estuvieren en condiciones de ser parte de la gran justa internacional, por no hablar de la detección temprana de más de seis mil individuos, a lo largo y ancho del país, con el potencial de convertirse en futuros protagonistas en las diferentes disciplinas olímpicas y tener así la oportunidad de desarrollar sus capacidades gracias al apoyo del organismo oficial del deporte en México.
Y, bueno, los competidores que asistirán a las Olimpíadas de Tokio tendrán todos ellos los medios para estar ahí, es decir, contarán con los correspondientes billetes de avión, uniformes, entrenadores, nutriólogos y asistencias. Lo normal, o sea.
Lo cual me lleva a preguntarme de dónde diablos salió la información de que se estaban llevando a cabo colectas para recaudar la plata que necesitaban para viajar a la capital nipona y representar a México. Fake news?
¡Totalmente!