Coahuila estará en la mira nacional el primer semestre, del año 2023, obviamente debido a la elección de gobernador y diputados locales que se efectuará en el mes de junio.
Por lo pronto hace días iniciaron las precampañas que se supone deberían ser exclusivamente al interior de los partidos para elegir a quien abanderará la campaña formal previa a la elección, pero en este México una cosa es la norma y otra la forma de burlarla, cada vez más descarada.
Se veía complicada la empresa porque mi partido tiene talones de Aquiles, tan conocidos y aborrecidos que ofrecen material para denostar su trayectoria y prometer causas justas y sobre todo honestas en una nueva época y para una nueva historia.
Coahuila donde surgieron las dos revoluciones del siglo XX, la de Madero y la de Carranza había avanzado en sus elecciones con disciplina partidista, donde los exgobernadores negociaban el futuro a cambio de no sacarse los trapitos al sol, que ocasionaría varios tendederos vergonzantes.
Pero la primera parte de este siglo XXI, se vio alterada, cuando se faltó a los pactos que entre las regiones de Coahuila existían para nominar al gobernador en turno, el cual sin duda ganaría gracias a la bien aceitada y disciplinada maquinaria electoral.
Sucedió que un gobernador dejó a otro, con los mismos mecanismos, lo cual no asombra si no fuera por el hecho de que la heredó a su propio hermano.
Caso único en nuestra historia local. Y quizá no fuera tan grave si junto con la pasada de estafeta, no se hubiera heredado una deuda descomunal, también inédita en nuestro devenir.
Nació el imperio basado en un mecanismo de complicidades, arreglos, asuntos secretos que han servido para sustituir la vieja disciplina filosófica partidista, con amenazas y riesgos legales de gran calado si alguien se descarrila del proceso.
La manzana de la continuidad es una manzana muy envenenada, en un momento en que la ciudadanía está harta y cualquier oferta de cambio tiene poder seductor.
Por eso es muy valioso y valiente que el candidato más joven se deslinde y planteé una nueva ruta sin lastres condicionantes y sin sujetadores de los hilos de marioneta.
Debe aprovecharse la división de la oposición y prometer una política sin apuntadores, pasar a otra Era, plena de honestidad y muy democrática. Cuenta nueva, pero sin borrón. Bravo, Manolo.
