Tal como lo llegó anunciar en alguna de sus cotidianas sesiones mañaneras el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el adelantado proceso que culminó con la entrega del bastón de mando a Claudia Sheinbaum, con la que finalmente concluyó su simbólico ungimiento de su nuevo rol como coordinadora de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación; representa un cambio fundamental en las reglas del juego político que históricamente habían marcado los ritmos sucesorios sexenales durante el régimen posrevolucionario al menos hasta 1988, cuando las reglas no escritas al interior del otrora invencible Partido Revolucionario Institucional fueron truncadas y terminaron complicando el proceso electoral de aquel año. En efecto, a diferencia de las circunstancias históricas que vivió el general Cárdenas del Río, al final López Obrador no se vio en la disyuntiva de decantarse por un sucesor con perfil más moderado con el que se identificaba la trayectoria del excanciller Marcelo Ebrard.
Apoyados en ejemplos como el anterior, no son pocas las voces y opiniones que apuntan cada vez más a señalar los signos con los que nos sugieren pensar que hoy nos encontramos ante un tablero de juego político completamente distinto y, por lo tanto, el mucho o poco conocimiento aprendido en torno a las reglas del juego político mexicano ha perdido toda utilidad de predicción sobre los escenarios que se vislumbran en los años por venir, así que quizás lo más recomendable sería, como se lo llegue a escuchar a un buen amigo ex servidor público, desecharlo por completo y, más bien, comenzar un proceso de reaprendizaje colectivo en torno a las nuevas reglas (si las tiene).
Con independencia de la validez o invalidez con la que cada uno asumamos tales afirmaciones y recomendaciones, lo cierto es que todo parece indicar que este nuevo tablero político nos estará conduciendo ante un desenlace inédito en la historia de México: el que por primera vez el máximo cargo político sea ocupado por una mujer. Una nueva cuestión parece soplar en el ambiente: ¿la condición de mujer será suficiente para transformar las formas y el fondo en que este país ha sido gobernado hasta ahora?