Entre los propósitos de la reciente visita a Jalisco realizada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, destacó la evaluación en torno de los esfuerzos emprendidos de manera coordinada con el gobierno del estado en materia de seguridad, particularmente los desplegados en las zonas limítrofes con los estados vecinos de Jalisco. Tratándose de un tema tan sensible para la sociedad, siempre resultará útil poner en perspectiva el fenómeno delictivo.
Una posibilidad radica, tal como ocurrió durante el encuentro entre autoridades federales y estatales, en situarlo territorialmente. Otra posibilidad es ubicarlo en relación con el tiempo. Por fortuna, este fin de semana comenzó a circular el reporte anual sobre la incidencia delictiva que desde el 2015 viene realizando el Observatorio Ciudadano Jalisco Cómo Vamos, siguiendo la metodología del Observatorio Nacional Ciudadano en la materia, la cual hace posible precisamente el contraste de lo ocurrido de un año a otro respecto a los trece delitos que se incluyen en el reporte anual.
Así, por ejemplo, en relación con el homicidio doloso el cual representa el de mayor tensión entre la perspectiva ciudadana y de las autoridades, desde la introducción se subraya que: “entre 2021 y 2022 se redujo 14.2%; la tasa de 22.42 homicidios por cada 100 mil habitantes pasó a 19.24, o expresado en carpetas de investigación abiertas, bajó de 1,893 a 1,640.”
De manera complementaria a las perspectivas espacial y temporal del fenómeno delictivo, valdría la pena considerar una tercera: la de la carpeta de investigación en sí misma.
Tal perspectiva nos permitiría aproximarnos al drama vivido por las víctimas directas e indirectas del delito en cuestión. Retomando el homicidio doloso como ejemplo, recientemente me entristeció recibir la noticia de la muerte del hermano de una amiga de muchos años, quien presuntamente fue víctima de un homicidio doloso cometido por otro familiar, circunstancia que ciertamente abona al argumento de la descomposición social imperante y que, no obstante, más valdría no sumarle otras que sí están en la cancha de las autoridades competentes como lo es el cuidar el debido proceso.
Roberto Arias