Este año que ya se nos fue como agua entre las manos fue particularmente muy sorpresivo y lleno de noticias que periodísticamente dieron mucho de qué hablar, desde esta ciudad, Pachuca, el estado de Hidalgo o en todo el país. Este año que pasa estuvo editorialmente muy enriquecido de eventos que detonaron grandes cambios sociales y políticos, de las artes, la cultura, el mundo de los espectáculos y hasta en los deportes.
Este año que se nos va estuvo marcado principalmente y creo yo que se llevará en la memoria de los mexicanos más que cualquier otra situación, con dos grandes eventos: primero y el más triste, el que marcó a los mexicanos y vulneró cualquier intento de justicia en el país: la matanza de los estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa en el estado de Guerrero. Evento que de inmediato se volvió mediático debido a la gravedad del asunto y a la incapacidad, hasta el día de hoy todavía mostrada por la PRG con Jesús Murillo a la cabeza, de resolver un crimen artero, que si bien no es culpa, directamente, de las autoridades federales o estatales, sí tienen su grado de involucramiento debido a la nula vigilancia hacia las autoridades municipales para evitar tragedia y corrupción
Aunado a este hecho y cuando el procurador de la República creyó tener total control de la situación con una explicación que científica y policiacamente, con testigos, recreación de los hechos y todo un espectáculo forense con el cual buscaban dar carpetazo al homicidio de los estudiantes, a Murillo se le ocurrió escupir la pifia “ya me cansé”, después de responder las preguntas de los reporteros que le insistían una y otra vez que explicara algunas situaciones que no quedaron demasiado claras en el argumento oficial. De ahí los ciudadanos aprovecharon para inundar las redes sociales, en respuesta al comentario del procurador, que dijo exactamente las palabras que no se les debió decir a un millones de mexicanos hartos del sistema de gobierno y la corrupción. Para todos fue una burla el “ya me cansé”, severamente criticado por la opinión pública ávida de respuestas certeras.
Otro hecho y no menos perturbador que incrementó el hartazgo colectivo fue la opulencia mostrada por la pareja presidencial Enrique Peña y Angélica Rivera, quienes a través de otros personajes, ya fueran colaboradores o de su propia familia, daban cuenta de la vida galante que llevan mientras el país está en crisis, el dólar está en si nivel histórico más alto y el próximo año no augura muy buenos resultados. La Casa Blanca de la familia Peña es uno de los hechos más lamentables en que ha caído algún presidente de la República, con explicaciones igual de ridículas que no prueban nada.
Y ya no hablar de la Selección Nacional de futbol que como cada cuatro años hace el ridículo en los mundiales de la disciplina. Pero aquí seguimos, al pie del cañón para ver qué nos depara este 2015. Feliz año.
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