Ayer se gestó un nuevo bloque parlamentario que pertenece a Morena, pero no responde a su dirigencia nacional. Representantes en la Cámara baja, afines a Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, se deslindaron del monolito oficialista que recibe órdenes desde un poder distinto al Legislativo.
Hace solo un par de días el senador Eduardo Ramírez, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, dijo en una reunión con correligionarios que, a menos de recibir una indicación en contrario, Morena y sus aliados no iban a acatar la orden de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para nombrar a las personas comisionadas pendientes en el INAI.
¿Indicaciones de quién? No hay ingenuidad, indicaciones del Presidente de la República.
Se extraña la época en que Ricardo Monreal ejercía el mismo cargo que Ramírez, pero con criterio político propio y también con respeto a la investidura parlamentaria.
En esta hebra de hechos no sorprende que las personas legisladoras afines a Monreal estén dispuestas a mostrar su rebeldía, por lo pronto, a propósito de la discusión presupuestal para 2024.
Se han sumado a una convocatoria celebrada por la facción marcelista, agrupada dentro de la asociación El Camino de México, que propone una inversión adicional de 50 mil millones de pesos al presupuesto federal para atender temas que fueron menospreciados dentro del paquete económico entregado hace unos días por el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
A diferencia del senador Eduardo Ramírez, el nuevo bloque no está dispuesto a recibir instrucciones. Lo que quiere es ser un contrapeso político que asegure, para empezar, el debate plural y abierto del presupuesto.
Quien haya dado a Ebrard o a Monreal por muertos, se equivocó. Ambos tienen todavía activos con qué jugar y si su partido se equivoca y comienza a perseguirles políticamente, su valor puede duplicarse fuera de Morena.
Enhorabuena, la democracia mexicana estará a salvo siempre que a cada poder le corresponda un contrapoder.
Zoom: “En una República no solo es de gran importancia asegurar a la sociedad contra la opresión de sus gobernantes, sino proteger a una parte de la sociedad contra las injusticias de la otra parte”. James Madison.