No es posible desaparecer los poderes en un estado donde los poderes ya desaparecieron. Guerrero se hunde en el desastre y ahí no puede echarse la culpa a los gobiernos del pasado. Peor que el crimen organizado es el crimen desorganizado que tiene a la población al borde del precipicio.
El transporte, las carreteras, los negocios, las familias, el turismo, los normalistas, las comunidades rurales, todo sucumbe ante la anarquía.
La muerte de Yanqui Kothan Gómez a manos de la policía estatal subrayó la descomposición en la que se encuentran las fuerzas locales. Para salir al paso, la gobernadora Evelyn Salgado sustituyó a los secretarios de Gobierno y de Seguridad. También impulsó el relevo de la fiscal general del estado. Es evidente que no son las personas las que están fallando sino las instituciones, incluida la gubernatura de la entidad.
El municipio de Taxco es el más reciente escenario de la debacle. El lunes 12 de febrero sufrió un atentado el edil Mario Figueroa. Igual que en el caso del normalista, las autoridades estatales mintieron sobre este evento. Dijeron que el funcionario había sido víctima de un asalto a una pollería.
Figueroa se rebeló frente a la fabricación. Los responsables de la agresión no fueron unos rateros de poca monta sino un par de sujetos que, a bordo de una motocicleta, lanzaron granadas contra el vehículo en el que viajaba. El munícipe salvó la vida, pero uno de sus escoltas sufrió heridas de gravedad.
El asesinato de la niña Camila y la muerte por linchamiento de su presunta secuestradora volvió a exhibir el caótico funcionamiento. En un video publicado este fin de semana por Mario Figueroa, el edil de Taxco desnudó otra vez la negligencia del gobierno estatal. El relato de hechos es intolerable: tardó demasiado la fiscalía en promover una orden para que la policía ingresara a la casa de los supuestos secuestradores. Cuando una turba desbordada quiso resolver esta omisión los agentes estatales optaron por esfumarse. Y la Secretaría de Gobierno no respondió la llamada del edil sino cuando ya era muy tarde.
Zoom: no hay poder legal en Guerrero. El trágico asesinato de la niña Camila se suma a otros eventos que confirman su desaparición. Taxco, Tixtla, Chilpancingo, Iguala, Atoyac, Coyuca, Petatlán, entre otras poblaciones, están arrojadas a su suerte.