Política

Un estado de derecho light

  • Opinión fundada
  • Un estado de derecho light
  • Ricardo Corona

Estar a dieta para combatir uno de los más arraigados problemas de salud en México -la obesidad- se ha convertido en objetivo permanente para muchas personas que quieren mejorar su calidad de vida. Aunque hay algunos atajos populares que se anuncian todos los días, creados para evadir el camino que exige la disciplina en el ejercicio físico y la alimentación balanceada. Por ejemplo, el azúcar light que confunde la comunicación entre el paladar y el cerebro como si se tratara verdaderamente de azúcar.

Una persona enfrentó un dolor estomacal que apenas le permitió llegar al médico. Después de preguntas protocolarias sobre alimentación, hábitos, etc. y descartar opciones, el médico le dijo que su colon estaba irritado. Le prescribió una dieta que prohibía tajantemente consumir azúcar light y le dijo que bajar de peso, en serio, no es un asunto de atajos. Que cuando consume sustitutos, evade el cuidado de su salud engañando al cerebro que recibe un mensaje de algo dulce que el cuerpo no absorbe ni aprovecha. Y que todo se complica cuando se va directo al intestino y alimenta a bacterias que irritan su colon. La persona con el malestar no hizo más que preguntar ¿entonces no es tan bueno todo lo que se anuncia en la tele diariamente?

Si México pretendiera fortalecer sus instituciones y brindar certeza en derechos y obligaciones que todas las mañanas se pavonean, también se requerirá de mucha disciplina. El país debe alejarse de los atajos que le permiten un estado de derecho light que, alejado del deber ser estricto, tolera dar un poco de dinero a la gente, evadiendo generar condiciones de certidumbre a todos los sectores que detonen negocios y fuentes de empleo; realizar costosas consultas populares, evadiendo el debido proceso; legisladores soliciten la renuncia de magistrados que sirven a otros intereses, evadiendo el desafuero de presuntos delincuentes; asignar la función de seguridad a la autoridad con más credibilidad, evadiendo mejorar el eslabón más débil de la cadena de procuración de justicia; o crear una estrategia nacional de bacheo, evadiendo una estrategia digital mexicana que mejore los niveles de cumplimiento de la ley. Un verdadero estado de derecho se logra sin atajos populares, que no son absorbidos ni aprovechados por las estructuras estatal y social. Que más bien confunden la comunicación entre gobierno y ciudadanía como si se tratara verdaderamente del estado de derecho que se necesita; y que terminan por alimentar problemas como injusticia, inseguridad, desigualdad, desconfianza o corrupción que irritan al electorado y explican el cada vez más evidente malestar generalizado. Así las cosas, México también podría preguntarse si es que entonces no es tan bueno todo lo que se anuncia en la tele diariamente. 

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* Abogado especialista en análisis de políticas públicas en materia de justicia y estado de derecho

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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