Política

Conmemoración del fracaso

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  • Conmemoración del fracaso
  • Ricardo Corona

Son pocos los días que escapan de conmemorar algo. En la esfera privada, mamás, papás, abuelos, la amistad, en fin, festejos que detonan por lo general la convivencia. En la pública, momentos históricos que motivan verbenas populares, o el recordatorio de aquellos pendientes que se siguen quedando a deber a generaciones y que, por más conmemoraciones, desfiles, templetes, fotos, bailes, discursos y mentiras mal leídas, las cosas no mejoran. Que si el día internacional de la violencia contra la mujer, de la lucha contra el maltrato infantil, contra el cambio climático, de la ciencia y la tecnología, del servidor público, del periodista o del policía ¿dónde está México en cada una de esas agendas? ¿qué dicen sus mujeres, sus infantes, sus científicos, sus policías o sus periodistas de las condiciones que viven para desempeñarse en un ambiente pleno?

Y claro, para no faltar a la bonita tradición de otro “día de” sin resultados, el 9 de diciembre fue día internacional del combate a la corrupción. Uno de los principales problemas que actualmente enfrenta México y cuyo concepto ha generado desde los más acalorados debates para explicarlo, hasta el diseño de soluciones como la creación de un Sistema Nacional Anticorrupción (SNA).

¿Ejemplos de corrupción en México? Los hay de todos colores sin importar que se trate del ámbito público o privado, individual o colectivo, pasado o presente. Sin embargo, lo grave de todo es la imposibilidad de ver funcionar todas esas propuestas de solución planteadas en papel y reiteradas en populares promesas políticas como “erradicar la corrupción” que todos los días parecen aferrarse a hacer el ridículo ante una lapidante realidad que muestra, por ejemplo, que uno de los temas que más preocupa a la ciudadanía es la corrupción según la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) que publicó el INEGI para 2019. Lo que se sabe de casos de corrupción en el país no se debe a instituciones fuertes, es más bien por alguna investigación periodística; la persecución o negociación de algún político de administraciones pasadas, no así aquellos personajes de los que por años se habló; a litigios estratégicos presentados por la sociedad civil; o a la “viralización” de una foto o un video en donde el cinismo supera todo. Su combate no ha visto un solo expediente que dé motivos para, como algunas personas, celebrar.

La corrupción es un fenómeno normalizado en la estructura social, capaz de vulnerar cualquier deber ser alimentado con un discurso agotado por el fracaso que evidencian adjudicaciones, patrimonios, procesos selectivos, flagrantes ilegalidades y un largo etcétera de incongruencias más que llegan hasta las placas del auto o a un diablito en el medidor de luz. Su “combate” sin evidencia, procesos, tecnología, datos duros, transparencia y consecuencias, no da para más que conmemorar el fracaso.

Ricardo Corona

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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