Ya no hay nada revolucionario; lo dijo Charly García: "el fin del mundo ya pasó". Así que de este lado del Apocalipsis, es consistente que la revista Playboy haya decidido no mostrar más mujeres desnudas. Es la única revolución posible: hacia los orígenes.
Playboy sabe que la necesidad de consumo de su producto ha muerto. Ya encueró a todas, ya enseñó pelos, y eso creció hasta que, como dijo Scott Flander, director ejecutivo de la revista, cualquier acto sexual imaginable está "a un click de distancia".
¿Sabían ustedes por qué hay tanta pornografía gratis en la red? Porque sitios como xvideos o redtube permiten que los usuarios "suban" hasta el contenido de empresas privadas. Igual que en YouTube, responsabilizan a los usuarios y cuando las compañías se quejan, lo quitan. Mientras tanto, venden millones en comercialización de productos para adultos. Esas empresas han golpeado duramente la industria.
Así que la Playboy está yendo más lejos que nadie. Si nada queda para la imaginación, es hora de alimentarla reduciendo la oferta. ¿No tienes hambre? No comas. Ya tienes hambre.
No creo que una empresa tan inteligente como Playboy carezca de un plan claro. Por lo tanto, no entiendo que no sea un plan corporativo mundial. Apenas ayer, Playboy México anunció que los gringos pueden hacer lo que se les pegue la gana, pero ellos no acatarán la orden. "¡Esperen talento nacional e internacional como siempre lo quisieron ver!", aseguraron en un boletín.
Esto "no aplica" en Playboy México porque, según ellos, la versión mexicana tiene "la libertad de mostrar pictoriales como lo prefiere el mercado mexicano" y por lo visto preferimos las encueradas.
Eso, o como siempre llegaremos tarde a la nueva ola y el péndulo finalmente irá para el otro lado. Hay que taparse antes de volver a excitarse. Niñas, ¡pónganse un suéter!
