Está bien, Luis Miguel tiene rinofaringitis y eso le puede suceder a cualquiera. ¿Que eso además lo obligue a salirse de un concierto cuando acababa de empezar ante auditorio lleno..? Pues... Ok, ok. Es casi entendible. ¿A salirse de un segundo concierto al día siguiente? Pues eso revela errores muy serios de logística, tal vez como nunca antes se habían visto en la historia del entretenimiento en México, pero no seamos malos y digamos con muy buena voluntad que puede suceder.
Luego están los informes del posible rompimiento con su disquera. Como ya no graba, a Warner Music Luis Miguel no le interesa más y le quiere dar su carta de retiro antes de cumplir el disco que falta en su contrato. Ok, ok, eso también puede estar pasando por... Por... Pues porque es un artista sensible y no encuentra el chi. O algo. Ok.
Que cancelara el disco de mariachi que estaba planeando. Bueno, eso a la mejor es porque el mariachi está loco y ya no quiere bailar. Que si la gira de palenques era de más de 100 fechas y fue de 10. Y aquello del Coliseo Yucatán donde no llegó "porque su helicóptero no pudo volar" y él no pudo hacer un trayecto por tierra desde una hacienda, seguramente tampoco refleja ningún problema.
"Todo bien", nos dice la "oficina" de Luis Miguel. Aunque el hermetismo ya no es solo del cantante, sino también de sus representantes. Nadie sabe nada. Pero todo bien.
Los antiguos promotores y managers del Sol ya no están. La relación antes distante con el ídolo es ahora abismal. Sus conciertos tradicionales en Las Vegas no se hicieron en las Fiestas Patrias ni llenaron. El sencillo que todo mundo espera no suena. Los colaboradores cercanos se han quedado muchas veces con la boca abierta ante los cambios y las cancelaciones.
En la presentación de Luis Miguel en Texcoco su hermano, Alejandro Basteri, me dijo "apóyanos, venimos con todo". Nos dimos la mano y le prometí que si Luis Miguel iba a estar como estuvo esa noche, el apoyo vendría de parte de todos. Alex: me encantaría apoyar, pero como que se nos está cayendo el teatrito... Pssst... Alex... ¿Ahora qué hacemos?
