Según la información del IMSS, por efecto de la pandemia en abril 2020 se perdieron ya 555,247 empleos formales. Esta es la pérdida de empleos de mayor magnitud para un mes de abril desde que se tiene registro.
Aunque se reactive la economía gradualmente a partir de junio de este año, siendo que la mayor parte de estos empleos perdidos no corresponden a la grande empresa, sino a micro y pequeñas empresas, la prioridad debería ser mantener los empleos que quedan y generar los que se requieren, pero ello no se podrá conseguir si todas las partes involucradas ponen algo de su parte.
La propuesta de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) es que el sector empresarial debe hacer un esfuerzo extraordinario para sostener el empleo a través de lo que hemos denominado salario solidario. Cuando dos o más partes se unen y colaboran mutuamente para conseguir un fin común, se habla de solidaridad.
La solidaridad es un valor por excelencia que se caracteriza por la colaboración en unidad que debería existir entre las partes involucradas, lo que sin duda permitiría lograr la superación de los más terribles desastres, como guerras, pestes, enfermedades, entre otros, en situaciones difíciles como esta, solo con la ayuda y la participación de todas las partes podremos salir adelante y mejorar en cierto modo la situación.
El salario solidario es un salario menor o igual al salario con el que cuenta cada trabajador. Se compone por una contribución del gobierno, una del patrón y otra del trabajador, con el fin de evitar despidos y cierres de empresas ante la falta de liquidez para pagar la nómina y otros gastos fijos. El gobierno pagaría una parte del salario del trabajador formal. La proporción dependerá del nivel salarial del trabajador. Es decir, buscamos un apoyo progresivo en el que el gobierno destine más recursos a aquellos trabajadores con menores niveles salariales (1-3 salarios mínimos).
Es evidente que nos preguntemos de dónde obtendrá el gobierno su aportación, la respuesta básicamente es la siguiente:
- Adquisición de deuda responsable del orden del 1%-2% del PIB, la cual es totalmente sostenible dado nuestro nivel de endeudamiento. De hecho, México es uno de los países menos endeudados entre los países de la OCDE, o bien
- De no acceder a la contratación de deuda pública, la propuesta de financiamiento sería a través de la reorientación del gasto público de obras no esenciales (aeropuerto santa lucia, tren maya, refinería y apoyo a Pemex) y con ello no se afectaría el presupuesto de:
-Programas sociales
-Presupuesto destinado a estados y municipios (gasto federalizado).
-Gasto corriente, sobre todo aquel dedicado a educación o salud.
La propuesta está en la mesa, desde hace un mes, y no ha existido desde el gobierno federal una posición, pero tampoco una propuesta. Urge tomar decisiones, no tomar una decisión a tiempo, es tan malo como tomar una decisión incorrecta. ¿Porque tendríamos que dejar que llegue la inseguridad y el hambre para tomar decisiones?
* Presidente de la Comisión Nacional Fiscal de Coparmex