Nueve de cada 10 mexicanos pedirán un aumento este año, revela el estudio Workforce Hopes and Fears 2022 de PwC. El mismo porcentaje, 88 por ciento, dijo que pedirá una promoción.
Mientras, la inflación en julio llegó a 8.15 por ciento, la más alta desde diciembre de 2000, cuando estuvo en 8.96. El ingreso real es menor en los hogares. Y, por si fuera poco, las previsiones de crecimiento para 2022 y 2023 van a la baja, la confianza del consumidor es menor y a las empresas le cuestan más los intereses o la acumulación de inventarios.
En este contexto, más de la mitad de los CEO encuestados por PwC dicen que la volatilidad macroeconómica les preocupa y puede tener un impacto negativo en su empresa en los próximos 12 meses.
Es entendible que queramos un aumento: ya no alcanza para lo mismo y en la pandemia trabajamos más para mantener nuestro empleo y generar valor. Pensamos: “merezco, necesito y quiero”, me dijo Francisco Briseño, socio líder de Workforce Transformation de PwC México.
Pero, en medio de la volatilidad actual, antes de pedir el aumento o la promoción, hay que analizar la realidad y tener los argumentos correctos. “Lo primero que debes reflexionar es si en tu organización hay un claro sendero de carrera para ti a futuro”, me dijo Francisco. Podemos pedir una promoción con más sueldo, pero si el puesto está asignado, quizá no haya espacio. Después, más vale “entender cuáles son tus diferenciadores como colaborador”, y esto implica esfuerzo. Tercero: “hablar sin miedo con los líderes, tener diálogos. Hay que levantar la mano y comprender cuando está generando valor la organización y cuando no”. La clave es transparencia, me dijo Francisco, del lado del colaborador y del líder.
Desde 2001, entre pandemia y crisis, una tendencia en EU ha sido la Gran Resignación, un éxodo de empleados que han renunciado. “En México la Gran Resignación no aplica”, me dijo Francisco, “aquí no la vimos, sin embargo, los empleados sí están exigiendo”. Lo que más queremos es un mejor salario: en México 88 por ciento lo pedirá, en el resultado global el porcentaje baja a 73. Después anhelamos capacitación para enfrentar los retos laborales del futuro. También necesitamos mayor bienestar y un mejor balance entre la vida personal y la laboral. Quizá no lleguemos a renunciar, pero, ¿será el inicio de la Gran Resignación mexicana pedir un aumento?
Regina Reyes-Heroles C.
@vivircomoreina