La única vacuna en la cartilla de vacunación que se produce en nuestro país es la que nos protege de la influenza.
El esquema nacional incluye vacunas como la pentavalente, la que previene la hepatitis B o el rotavirus; unas 10 vacunas inician la salud de los niños. Después hay más para adolescentes y adultos para detener el tétanos o la difteria.
El antígeno de la vacuna antiinfluenza se produce en la planta de Sanofi en Ocoyoacac, y en Val de Reuil en Francia se formula, llena y empaca. Todo podrá hacerse en México pronto, espera la firma.
Durante la pandemia fue evidente que en América Latina la capacidad de producción de vacunas es ineficiente. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) anunció en 2021 un plan para reforzar esta capacidad y creó la Plataforma Regional de Innovación y Desarrollo. El objetivo: contar con una cadena de suministro regional y estar listos para cualquier otra crisis sanitaria.
El contexto no ayudaba, el riesgo de brotes de enfermedades prevenibles con vacunas en América Latina alcanzó su nivel más alto en 30 años, según OPS, y uno de cada cinco niños o niñas no recibió las inmunizaciones requeridas.
Aprendimos que “no puedes tener una vacuna de la nada”, dijo el doctor Francisco Becerra en Notivox Foros, pero la gran lección es que “no podemos depender de la producción de vacunas de otros países”, añadió el ex subdirector de la OPS.
Establecer una cadena regional de investigación, desarrollo, pruebas de eficiencia, producción, comercialización y distribución para que las vacunas lleguen a los brazos en el momento adecuado es una necesidad en salud pública y seguridad sanitaria.
Un ecosistema de vacunas así trae otros beneficios: la generación de economía y un piso parejo en salud.
“La vacunación permite a un niño iniciar con equidad su vida y mantener su salud”, dijo Becerra. Si dos niños están protegidos contra el neumococo es más probable que ambos vayan a la escuela.
En lo económico, la producción de vacunas impacta por la inversión; las dos de Sanofi requirieron 5 mil millones de pesos. Además, “mientras más vacunas podamos producir en un país, generamos más ciencia local y más empleo de alto nivel”, dijo André Soresini, director general de Vacunas en Sanofi México.
Hay mucho más valor en un ecosistema de vacunas de lo que vemos a simple vista. Es momento de su construcción.