Emprender no es para todos, lo reconozco porque al intentarlo comprobé que es una actividad para quienes no tienen miedo y abrazan el riesgo.
Solo 2 por ciento de la población tiene una vocación emprendedora, me dijo Ulrick Noel, director del Instituto de Emprendimiento Eugenio Garza Lagüera del Tecnológico de Monterrey. Compartió otros datos: en México, un emprendedor logra éxito después de 3.7 intentos y requiere unas 70 horas semanales de trabajo. “Es como tener dos trabajos y trabajar hasta el domingo”.
Esta es la vida habitual del emprendedor, y por eso empujan la economía. Pero este año no es ordinario y se enreda con tensiones comerciales, presiones inflacionarias, pocas salidas bursátiles y menos fusiones y adquisiciones. Todo esto amenaza al ecosistema emprendedor.
Entre el último trimestre de 2024 y el primero de 2025 se redujeron las transacciones de capital privado de 4 mil 958 a 3 mil 762, según KPMG. En México es evidente la cautela, escriben Ignacio García de Presno y Marcos Martínez, de KPMG en ¿Rebote o recalibración? El capital privado está ante una nueva fase de incertidumbre global y es notoria la reducción en el ritmo de inversión, así como la reevaluación de las estrategias. El capital privado se ajusta y es más riguroso.
Navegar el segundo semestre de 2025 no será un proceso sereno y se necesitará del espíritu emprendedor —más que nunca— para llegar al mejor puerto.
El espíritu emprendedor “es la receta secreta”; una serie de inspiraciones que permiten transformar organizaciones y vidas. “Son tres cosas: cómo identificar un problema, cómo construir una solución y cómo ser resiliente para ejecutarla”, me dijo Ulrick, quien también es emprendedor e inversionista en startups.
Los emprendedores son valiosos para las economías porque impulsan la innovación, crean empleos y se adaptan a las condiciones cambiantes de los mercados. En medio de una tormenta pueden remar hacia la recuperación.
Solo quiero dejar claro que el ecosistema emprendedor puede ser uno de los salvavidas si es formal y en la actualidad hasta eso está bajo la lupa. En lo que va del año la informalidad escaló a 54.9 por ciento, un punto porcentual más que al cierre de 2024.
Bien lo dijo la International Chamber of Commerce México esta semana: México opera debajo de su potencial y la posibilidad de entrar en una recesión es elevada si no se corrigen las distorsiones actuales restaurando la confianza de los inversionistas. Muchos de ellos son emprendedores.
No podemos darnos el lujo de perder al 2 por ciento más rifado. Necesitamos responsabilidad y transparencia para lograr un impulso suficiente de parte de los emprendedores.