Las manifestaciones del domingo pasado en más de 100 ciudades del país y del extranjero, se pueden leer e interpretar de muchas formas:
- Se confirma que el espacio público no es exclusivo solo para algunos. Las plazas públicas del país como el Zócalo de la CdMx recibieron más de 350 mil asistentes; la Plaza de la Liberación en Guadalajara más de 25 mil y así cada una de las ciudades del país, se confirma que el espacio público es para todos.
- El objetivo de las manifestaciones era alzar de nuevo la voz en defensa de la democracia, #MarchaPorLaDemocracia, #ElINENosetoca. Fue una llamada para que los ministros de la Suprema Corte de Justicia muestren su talante democrático y preservar la vida democrática de México apegados a la Ley. Hago una acotación: considero que el INE sí debe tocarse para mejorarse, incluso se requiere de una reforma del estado de mayor alcance, pero no es el momento de hacerlo, previo a la jornada electoral del 2024.
- Las manifestaciones públicas del domingo pasado, también se pueden leer como una calificación al actual gobierno, que expresaron su rechazo a un gobierno ineficiente, improvisado y mentiroso. Un gobierno que creó en 30 millones de mexicanos una esperanza de un verdadero cambio a partir del 2018, y que a más cuatro años los problemas torales del país siguen igual o peor como la violencia con más de 140 mil homicidios en lo que va del sexenio, con un grave rezago educativo de hasta tres años, y con deficientes servicios de salud y falta de medicamentos. Contra un gobierno que optó ante su incapacidad, de militarizar parte de la vida civil, destruyendo lo que más o menos funcionaba y propiciando una gran polarización entre los mexicanos.
- Las manifestaciones también generaron una esperanza de poder unirse como una oposición ciudadana, que pueda con los partidos políticos de oposición proponer un camino alterno, que pueda contrastar por el que hoy transitamos. Ahora falta quién o quiénes lo puedan encabezar.
Por cualquiera de estas lecturas, las manifestaciones multitudinarias fueron una bocanada de aire fresco, cuando el aire está muy enrarecido.
Raúl Frías Lucio