Lo sucedido el viernes pasado en una carretera que va de La Tuna a Guadalupe y Calvo, del llamado Triángulo Dorado en las zonas montañosas de los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango, donde una camioneta con reporteros que cubrían la gira del presidente fue interceptada por un retén ilegal de hombres con uniformes tácticos y armados hasta los dientes, confirma lo que el jefe del Comando Norte aseguró en marzo de 2021: el crimen organizado controla y gobierna amplias zonas del país.
El Presidente minimizó los hechos y enfocó su ataque matutino a los conservadores, a quienes critican su estrategia de “abrazos no balazos”, dijo que están desinformados, los calificó de cretinos e “hipócritas de doble moral”. Pero de los narcos nada dijo, de quienes corretean a militares, como ocurrió en Nueva Italia (Michoacán), de los que provocan masacres, que cometen actos indecibles, que han provocado más de 120 mil muertes violentas solo en lo que va de este sexenio, contra quienes provocan muerte y dolor, según el presidente hay que tenerles consideraciones porque también son humanos. ¿Y las víctimas?
El presidente se exalta con los conservadores y los delincuentes de cuello blanco, pero contra los criminales que el año pasado operaron en la elección de Sinaloa amenazando y hasta secuestrando a los opositores de Morena, les dijo que “se portaron muy bien”.
El presidente no mide que, con sus actos y sus dichos, al minimizar los hechos como la liberación de Ovidio, el detenerse en plena carretera para saludar a la mama de El Chapo, el no reaccionar a las masacres de Zacatecas, Sonora, Guanajuato, Michoacán, el dar la instrucción de no confrontar a los delincuentes, está permitiendo sin decirlo que los delincuentes sigan actuando en impunidad, que amplíen sus actividades delictivas e incrementen su presencia en muchas zonas del país, provocando un debilitamiento de las instituciones y del estado de derecho.
El presidente es el comandante en jefe de las fuerzas armadas de México, pero manda señales confusas, que parece que están tolerando a los narcos y los cubre con un manto de impunidad, con resultados muy malos en el presente y para el futuro de nuestro país.
Raúl Frías Lucio