Somos nuestra memoria, ese museo de formas y de espejos rotos, escribió Borges. Nada más intenso en la vida social mexicana que la fiesta cívica dedicada al día en que Hidalgo y Allende decidieron levantarse en armas. El Grito y sus leyendas se convirtieron en un poderoso símbolo mexicano, en el grito de la fundación y el origen de la independencia nacional.
Los historiadores sostienen que difícilmente podemos saber las palabras exactas de Hidalgo la noche del 15 de septiembre al tomar las armas, pero sabemos en cambio que ese acto le otorgaría identidad al futuro mexicano. No todos saben que Allende estaba llamado a ser el jefe de la insurrección, su rango de capitán le daba la jefatura de la conspiración. Pero el día 15, cuando el capitán y el cura fueron avisados de que la conspiración había sido descubierta, Allende quiso posponer el levantamiento e Hidalgo se opuso, así se convirtió el cura en el líder de la revuelta.
El festejo del Grito se ha celebrado desde los inicios del siglo XIX, pero no en el Zócalo, sino en la Alameda, el primer parque y primer gran paseo de Ciudad de México. La historia es ésta: en 1896, Porfirio Díaz ordenó que la campana de Dolores, con la que Hidalgo dio el Grito, fuera llevada a Palacio Nacional. Su idea fue un éxito y desde entonces se hizo costumbre que el Presidente en turno la tocara la noche del 15 de septiembre.
Alejandro Rosas cuenta que Francisco I. Madero escribió desde su cautiverio en San Luis Potosí que cuando Porfirio Díaz quiso hacer sonar la campana de Dolores en 1910, durante las fiestas del Centenario, no se oyó el primer campanazo: algún maderista infiltrado, contaba Madero, había envuelto el badajo en un trapo que retiraron de inmediato para que la ceremonia tuviera lugar.
¿Qué gritamos el 15 de septiembre? Desde luego la independencia, los ejércitos, la épica y la fragua de los héroes, pero siempre hay algo más en la cadencia imparable de los movimientos sociales. El paisaje de la guerra de Independencia, de la rebelión de Hidalgo, esparció la idea de que escribir era construir, proclamar, arengar. Despertar a la independencia significó inaugurar un género: el periodismo político y de combate.
Algo de todo esto, o todo, si ustedes quieren, se esparce en el alma colectiva mexicana el 15 de septiembre. Por eso empecé diciendo que somos nuestra memoria.
@RPerezGay