Con la reciente publicación de la periodista Anabel Hernández de un supuesto financiamiento del crimen organizado a la campaña presidencial en 2006 de Andrés Manuel López Obrador se incorpora como un insumo más para la guerra sucia del PRIAN, la supuesta investigación tiene de la periodista tiene dos elementos principales, uno es efectivamente una investigación de la DEA la cual fue concluida y cerrada en 2011 por no considerar que se acreditaran hechos narrados por supuestos testimonios, y un segundo elemento lo constituye una serie de entrevistas de personajes cercanos a Andrés Manuel.
En una confrontación pública del periodista Julio Hernández conocido como “Astillero” hubo un reconocimiento expreso de la periodista Anabel en el sentido que su narrativa se reduce a testimonios que dicen que escucharon, y que se reserva el momento de aportar pruebas y nombres para un trabajo de investigación, sin embargo, lo que llama la atención es el momento electoral siendo que la investigación de la corporación antidrogas norteamericana cerró el caso por considerar que no había elementos para llevar la acusación a una Corte de aquel país.
Anabel hace analogía de este asunto con el de García Luna, resaltando que el tratamiento en la postura política del presidente es muy contrastante, como si el caudal de pruebas de todo tipo en el caso del ex secretario no fuera diferente a simples testimonios que no tienen ningún otro respaldo a sus dichos, o como si hubiese realmente algo no lo hubiera aprovechado el Gobierno de Felipe calderón y el de Peña Nieto para exterminar políticamente a Andrés Manuel que estaban ávidos de lo que fuera para destruir al adversario que no ha dejado de investigar y calumniar el régimen anterior y nunca pudo acreditar algo mínimo en su contra.
Hoy vemos que la campaña presidencial de la derecha tiene claramente líneas discursivas que se enfocan al ataque visceral con la calumnia de que el actual gobierno tiene nexos con el crimen organizado, con todo el cinismo engrandecido porque está acreditado plenamente en juicios judiciales en México y Estados Unidos que son ellos quienes han tenido vínculos con cárteles de la droga más allá del caso García Luna, pero es entendible la narrativa atendiendo el clima electoral, en esa idea de que pueden confundir al electorado lanzando el concepto que todos son iguales y no importa que sean ellos o los otros en el gobierno como si eso le arrancara de la memoria a la gente su historial de delincuencia y corrupción.
Lo cierto es que en la oposición la desesperación que prevalece provoca que se nuble la razón y el entendimiento más básico del acontecer político y social, le siguen apostando a la desmemoria ciudadana, su narrativa se sigue basando en insulto y calumnia, no hay forma de que se pueda sostener afirmación y termina revirtiéndose mediática, política y electoralmente, esto conjugado con la crisis interna de cada partido coaligado en ese frente opositor y sumado a esto la pésima candidata que es incapaz de improvisar un discurso político, no puede hablar sin leer lo que dice, es la catástrofe política para la oposición en México.
Ello explica los números en las proyecciones que hacen las casas encuestadoras semana tras semana, en ninguna aparece con tendencia a acercarse a la candidata de izquierda, alucinan con ocurrencias que aún pueden ganar la elección y siguen sin entender que ni siquiera pueden descifrar bien la realidad, viven en una burbuja llena de ficciones políticas que les ocasionará el resultado de casi el exterminio político.