A casi dos años que asumió la Presidencia Andrés Manuel se han tenido ya sustanciales cambios que provocan empatía y un gran respaldo social al proyecto de país que se está trazando, en varios ámbitos de la vida pública se contrastan el antes y el ahora, el ejercicio y estilo de gobernanza muy diferente al régimen que se está gradualmente desterrando.
Andrés Manuel es un líder social, un político completo que trae un recorrido a ras de suelo por cada uno de los municipios del país, conoce comunidades, personajes, liderazgos, problemáticas de cada lugar, se ha formado como un estadista en el campo palpando directamente los problemas en cada región del país, esta cualidad no se va encontrar en ningún otro político mexicano en la actualidad.
Durante más de 20 años que encabezó en la época reciente al movimiento social y político que enfrentó y derrotó al régimen, se le ha atacado y calumniado, se ha esculcado a detalle su comportamiento como político, nunca se le ha encontrado un acto de corrupción, en su paso como Jefe de Gobierno del Entonces Distrito Federal, demostró en su desempeño una forma y estilo de gobernanza que irrumpió paradigmas en el ejercicio del poder, con una sencillez y austeridad, con un enfoque sustancialmente opuesto al que impusieron los que ostentaron el poder durante décadas, Andrés Manuel instauró un modelo social en la Ciudad en el que centró toda acción de Gobierno en dotarle a las personas las oportunidades y mayores posibilidades de desarrollo humano.
Ahora desde un espectro nacional, se coloca toda una estrategia enfocada a sustentabilizar el proyecto de transformación a partir de esas directrices, de que las personas desde cualquier lugar del país, tengan acceso a sus derechos fundamentales, que el Estado cumpla y asuma a completitud su responsabilidad social de garantizar la accesibilidad, de forma universal, gratuita y de calidad los derechos de las personas como es la educación, la salud, la seguridad, entre otros.
La sociedad mexicana se está transformando aceleradamente, estaba en un letargo producto de la apatía y manipulación que durante décadas el mismo Estado incentivaba, la era digital, las redes sociales rebasaron a los medios tradicionales que en su mayoría estaban controlados, las conciencias se sacudieron y se generó una revolución pacífica por la vía democrática, como nunca en la historia electoral la gente salió a votar por un cambio, le dio abrumadoramente la Presidencia y una correlación absoluta en los órganos legislativos, así fue manifestada la voluntad popular.
Es inevitable que surjan errores en el ejercicio del gobierno, hay una estructura enraizada que trae inercias y prácticas difíciles de erradicar, no se ha reestructurado todo el andamiaje institucional y eso ha provocado problemas, pero de ahí a que se vaya por un rumbo equivocado sería errático pensarlo o asumirlo.
La transformación del país se está consolidando conforme pasan las semanas y los meses, las personas y las familias más pobres en México por fin están siendo vistas y atendidas como nunca en la historia, el combate a la corrupción deja una exhibida mayúscula de grandes hurtos y de actores políticos que eran protagonistas del régimen caído,
Lo que no va en sincronía es la pervertida actuación del partido que se construyó para que el movimiento compitiera electoralmente, ha carecido de conducción responsable y ética.
De ahí en más, la transformación seguirá asentándose y todo apunta para que el proyecto de país perdure y se arraigue, evidentemente hay cambios que tardarán incluso generaciones para que se pueda lograr una sociedad sin desigualdades, sin pobreza, una sociedad como la que todos aspiramos a tener con los más altos estándares de calidad en la convivencia humana.
Twitter @RafaPalacios83