En la historia de la disputa por el poder político en México no se había tenido un episodio como el que se está viviendo actualmente en el que la el Poder Judicial en particular la Suprema Corte haya tenido un activismo tan intenso, es explicable y entendible porque ahí es ya el último reducto donde se acuartela la oposición, el poder del Estado encargado de la actividad jurisdiccional está siendo un rehén de un grupo político para operar políticamente en la disputa electoral, ya que aun la mayoría de sus integrantes pertenecen a ese régimen que se resiste a morir.
La mayoría de ministros son personajes que fueron designados en los gobiernos del PRIAN, a ellos les deben sus cargos y hoy se están cobrando esos favores, se están emitiendo sentencias para liberar cuentas de la esposa de García Luna o de familiares de Emilio Lozoya, la exoneración de Rosario Robles, el tratamiento generoso para Murillo Karam y liberación de Juan Collado el abogado, no es fortuito que haya determinaciones judiciales que brinden impunidad a personajes del viejo régimen que estén enfrentando la justicia por delitos de corrupción relacionados principalmente con saqueos al erario.
La ministra presidente de la Corte se convirtió en una activista política en plena campaña electoral, se lanza abiertamente contra el recién salido ministro Arturo Zaldívar que según a partir de una supuesta denuncia anónima obviamente orquestada desde la misma Corte pretenden enjuiciar a quien está siendo promotor de la candidata oficial Claudia Sheinbaum, por supuesta injerencia en jueces y magistrados sobre asuntos en particular para incidir en resoluciones supuestamente en favor de intereses de la 4T porque así lo mencionó el propio presidente en sus conferencias ordinarias que gestionaba con el anterior presidente de la Corte sobre temas que le preocupaban como la liberación de integrantes de grupos del crimen organizado.
De ahí surge esa iniciativa de convertirse en un órgano investigador suplantando las funciones constitucionales del ministerio público, con la clara intención de generar mediáticamente un golpe a la campaña de la candidata de morena, lo cual es realmente poco probable que tenga un impacto que deteriore sus posibilidades de triunfo; se aprecian que son medidas desesperadas, en la idea de que se haga todo lo que se tenga al alcance, el problema es que se utiliza a una institución que debe permanecer al margen de la disputa política como es el caso del poder judicial que debe estar ajeno a toda contienda.
Desde el mismo poder judicial se conoce que hay corrupción y que es un poder que necesita una reforma sustancial, está muy contaminado por prácticas de nepotismo y influyentismo, hay privilegios para unos cuantos y un dispendio excesivo en una elite que lo tiene todo, pero el tema principal es que es un instrumento de la oposición para emitir sentencias fuera de la legalidad para rescatar y proteger personajes políticos del PRIAN acusados de corrupción, en eso se ha convertido el poder judicial.
La oposición y el poder judicial asumen que es prácticamente imposible ganar la presidencia, están centrados en la disputa por el congreso, si morena y aliados logran las dos terceras partes saben que vendría una reforma constitucional en materia política y al poder judicial, ellos traen la bandera para acusar un absolutismo del nuevo régimen pero realmente es para el adecuado funcionamiento de las instituciones del Estado que deben ser ajenas a las disputas e intereses políticos.