El huracán Otis dejó en claro el poder devastador de la naturaleza en Acapulco, fue realmente una catástrofe que pulverizó la infraestructura del puerto turístico, durante casi cuarenta minutos que se asentó al tocar tierra dejó toda una zona de desastre, parecía que la ciudad había recibido un ataque con misiles como en la franja de Gaza que nos había estado quitando toda la atención en las últimas semanas, fue de verdad escandaloso cuando empezaron a circular las imágenes de la devastación de Acapulco.
Ahora todo el país estaba con los ojos puestos en Acapulco, era la nota nacional en todo México, todos los noticieros estaban sacando notas periodísticas sobre la catástrofe y no se hicieron esperar las expresiones de solidaridad de la ciudadanía a lo largo y ancho de la república mexicana, tomando la iniciativa de ayudar de inmediato a la comunidad acapulqueña y personas que estaban de visita en el puerto y que se habían quedado, el Presidente y su gabinete estaban ahí atendiendo la contingencia personalmente.
Lo que tampoco se hizo esperar es la mezquindad con la que se actúa por parte de algunos actores políticos, utilizando la tragedia y el sufrimiento de la gente que perdió todo para tratar de sacar raja o provecho político, de inmediato surgió una orquestada campaña mediática de algunos medios y en redes sociales que hubo una serie de omisiones y fallas del gobierno federal y del Estado de Guerrero que provocaron fuera mayor el daño del huracán, a ese grado de descompostura e infamia, calumniando y agrediendo en plena actividad de atención a víctimas y damnificados.
Conforme pasaban las horas, iban surgiendo cada vez más imágenes que utilizaban la oposición principalmente para denostar la actuación del gobierno, fotos montadas de otros lugares y momentos como si el gobierno federal estuviese repartiendo víveres y apoyos con propaganda política, o imágenes de una inundación de Ecatepec con acciones torpes que son para denostar la actividad de apoyo a damnificados, pero así un sinnúmero de post en redes sociales que están hechas con paciencia y mercadotecnia como parte de una campaña de desprestigio en plena tragedia.
Así es como el dolor humano de quienes perdieron un familiar o su patrimonio, se pretende utilizar para intentar convencer a una población de recuperar una fuerza electoral para regresar al poder, porque realmente es lo que los mueve, el poder y el dinero; nunca les ha interesado la gente, cuando ellos gobernaron utilizaban el dinero del fondo de desastres naturales para hacer grandes desvíos de recursos, ahora simulan como si tuvieran compasión por el sufrimiento de la gente dedicándose a calumniar y denostar al gobierno en plena actividad de ayuda humanitaria, en lugar de sumarse y reforzar se esmeran en hacer más grande la tragedia.
Finalmente la historia ha estado poniendo a cada quien en su lugar, Acapulco será reconstruido y a la gente se le repondrá su vivienda con sus muebles y volverá a la normalidad, pero aquella conducta pública de quienes actuaron con mezquindad se quedará ahí, registrada y evidenciando esa precaria o ausencia plena de calidad humana, pero es entendible esa forma de hacer política derivada de una impotencia y desesperación de quienes se enriquecieron con el poder político y el presupuesto lo asumían como patrimonio personal y familiar, se sienten despojados y eso les provoca es sentimiento inhumano de pretender sacar provecho político a una tragedia humana.