La conferencia anual del Foro de Boao para Asia, que se está celebrando estos días en Boao, poblado de la provincia insular de Hainan, atrae a más de dos mil huéspedes, quienes aprovechan la oportunidad para discutir el proyecto de cooperación en pro de un mejor futuro de Asia y del mundo. El 10 de abril, el presidente chino Xi Jinping pronunció en la ceremonia inaugural un discurso titulado "Apertura por mayor prosperidad e innovación por un mejor futuro", en el cual, además de resumir el glorioso proceso de reforma y apertura de China, también anunció las medidas que adoptará el país para ampliar su reforma, despertando una amplia atención de la comunidad internacional.
Las cuatro décadas de reforma y apertura constituyen una épica de desarrollo del país. Desde que China aplicó la política de reforma y apertura hace 40 años, el pueblo chino, con sus duros trabajos y el espíritu pionero, ha allanado con éxitos un camino de socialismo con peculiaridades chinas, y ha obtenido los cambios trascendentales. El PIB ha logrado una tasa anual media de crecimiento de alrededor de 9.5%, el comercio exterior ha registrado un crecimiento anual de 14.5%, y más de 700 millones de ciudadanos chinos han salido de la pobreza, lo que representa más de 70% del total global. Como dijo el presidente Xi Jinping, la apertura siempre es una política básica de China, país que, desde su ingreso a la Organización Mundial del Comercio hasta el planteamiento de la construcción conjunta de la Franja y la Ruta, ha hecho grandes contribuciones para hacer frente a las crisis financieras asiática e internacional. China se ha convertido en la segunda mayor economía, el país número uno industrial, de comercio de mercancías y de reserva de divisas del mundo, y ha contribuido al crecimiento económico mundial con una tasa supeiror a 30% por varios años consecutivos, siendo así el estabilizador y la fuente de energía para éste. La reforma y apertura, la segunda revolución de China, no solo ha cambiado profundamente a China, sino también ha influido significativamente en el mundo entero.
Persistiendo en la profundización de la reforma, China, en vez de cerrar su puerta de apertura, la abrirá aún más. Actualmente la globalización económica enfrenta ciertas dificultades por el resurgimiento del unilateralismo y el proteccionismo. Las prácticas chinas han demostrado que el apego a una economía abierta es una opción estratégica que China hizo a raíz de sus necesidades de desarrollo, y es una opción de cooperación de beneficios mutuos para el país y el resto del mundo. En su discurso, el presidente Xi Jinping anunció una serie de medidas para continuar con la apertura, que serán implementadas lo más pronto posible: China ampliará significativamente el acceso al mercado, creará un ambiente de inversión más atractivo, fortalecerá la protección de los derechos de propiedad intelectual, así como aumentará las importaciones, con la celebración de la Exposición Internacional de Importaciones prevista para este noviembre. Estas medidas, reflejo de la firme voluntad y determinación de China de abrirse activamente, le brindarán una nueva configuración de apertura hacia el exterior. China va a promover la globalización que beneficia a todos los pueblos del mundo.
Frente a los problemas, China propone la construcción de una comunidad de destino de la humanidad. Hoy día, el mundo atraviesa un periodo de gran desarrollo, grandes transformaciones y grandes reajustes, y la humanidad se enfrenta a una elección trascendental entre la apertura y el aislamiento. La historia humana muestra que la apertura trae el progreso mientras que el aislamiento conduce al atraso. El impulso de la conectividad y la aceleración de un desarrollo integral es una opción inevitable para promover la prosperidad y el desarrollo comunes. Así que la propuesta china de construir una comunidad de destino de la humanidad ha sido aplaudida por cada vez más países y pueblos, y ha sido inscrita en los importantes documentos de la ONU. Con el futuro en mente, se necesita acciones y responsabilidades de todo el mundo para cumplir esta meta. Todos los pueblos del mundo deben tratarse unos a otros con respeto y en pie de igualdad, promover el diálogo, compartir la responsabilidad, comprometerse a la cooperación en busca de resultados de beneficio compartido, defender la inclusividad y buscar una armonía sin uniformidad, así como tratar la naturaleza con respeto y cuidar el planeta, con el objetivo de construir una Asia y un mundo pacíficos, tranquilos, prósperos, abiertos y bellos.
"Cualquier país o nación que aspire a materializar la revitalización, debe seguir la lógica de la historia y la tendencia de los tiempos en su búsqueda del progreso y el desarrollo". Las palabras del presidente chino demuestran una vez más que China, además de ser un defensor del orden internacional y un contribuyente al desarrollo global, es el constructor de la paz mundial y el creador del bienestar humano. China se esforzará con el resto del mundo para crear un futuro más próspero, armonioso y hermoso.
*Embajador de China en México