Los estilos se actualizan cada temporada en el ámbito de la moda pero, entre bastidores, el proceso de fabricación de prendas de vestir ha permanecido prácticamente inalterado a lo largo de las décadas. La industria, a menudo asociada a técnicas de producción manuales y cadenas de suministro analógicas, se enfrenta ahora a una creciente necesidad para sumarse a la era digital.
Sin embargo, actualizar el proceso de fabricación es más fácil de decir que de hacer. El sector de la confección es un complejo entramado de proveedores de materias primas, fábricas de tejidos, instalaciones de procesamiento de adornos y fabricantes de productos acabados que se apoya en un sólido y robusto ecosistema logístico nacional y mundial para trasladar materiales y productos entre fábricas y almacenes, así como para transportar los productos a los clientes. Cualquier marca que pretenda minimizar el desperdicio de materiales y tiempo, mientras ofrece a los consumidores productos de calidad a precios asequibles, necesita tener la capacidad de rastrear y mantener la supervisión de toda su cadena de suministro en tiempo real.
No es de extrañar que McKinsey and Company descubriera que más de 70 por ciento de los directores de compras de las marcas de moda consideran que la digitalización de la cadena de suministro es la capacidad más importante que deben adquirir los proveedores.
La fragmentación dentro de la cadena de suministro y la opacidad entre los agentes del lado de la demanda y de la oferta han dado lugar a costos más elevados de lo necesario y a otras ineficiencias en la producción y la logística. También contribuyen a problemas relacionados con la sostenibilidad, como el exceso de inventario y los residuos de existencias.
Una cadena de suministro totalmente integrada resuelve estos problemas permitiendo al fabricante de ropa minimizar cualquier desajuste entre la demanda del cliente y el abastecimiento de mercancía. Con una cadena de suministro integrada, producimos un lote ultra pequeño de cada estilo (100-200 unidades) y evalúa la respuesta del mercado en tiempo real, respondiendo solo con una producción a mayor escala para satisfacer la demanda si está justificada. Menos es más.
La digitalización es una transformación inevitable, y las empresas que han sabido aprovechar su potencial con éxito se han situado por delante de sus homólogas. Por ejemplo, en el sector minorista, las tiendas tradicionales pueden tener dificultades para competir con el crecimiento del comercio electrónico y los cambios en las preferencias de compra de los consumidores. La digitalización permite a las marcas establecer una presencia en línea, aplicar estrategias de comercio electrónico pertinentes y adoptar la venta minorista omnicanal para llegar a una base de clientes más amplia. La gestión de inventarios también se ha beneficiado de la digitalización al recibir información en tiempo real, evitando situaciones de falta de existencias o de exceso de stock.
Una mirada a lo que ocurre en México prueba la relevancia que tiene la presencia en línea para las marcas y, más allá, la prioridad que tiene el comercio electrónico en nuestro país. De acuerdo con Statista, en 2023, al menos 54 por ciento de la población adquirió algún bien en línea, esto es 10 por ciento más que en 2020. Por su parte, la Asociación Mexicana de Ventas Online ha pronosticado un incremento sostenido del e-commerce en México de 25 por ciento anual hasta 2030, un alza que va de la mano con el índice de población conectada a internet, la bancarización de los consumidores y una mayor confianza para hacer transacciones en línea. El escenario es prometedor tomando en cuenta que el año pasado el sector e-commerce registró ventas por 520 mil millones de pesos.
La digitalización de una cadena de suministro requiere, evidentemente, mucho esfuerzo, sobre todo para las marcas que tienen demasiados proveedores en toda la cadena de valor. Pero, sin duda, es una inversión que merece la pena: Boston Consulting Group llegó a la conclusión de que construyendo una cadena de suministro ágil ―un mecanismo integral orientado al cliente para responder a la fluctuación de la demanda― los minoristas de la moda pueden obtener una poderosa ventaja competitiva.
Hoy, ya sea desarrollando sus propios sistemas internos o aprovechando las nuevas soluciones del mercado para optimizar todos los procesos de una cadena de suministro avanzada ―desde la fabricación hasta la entrega e incluso las devoluciones―, las empresas pueden mejorar su eficiencia, reducir su impacto medioambiental y transformar sus resultados.