A 15 días de empezar las campañas electorales para renovar la Cámara de Diputados, se aleja cada vez el fantasma del tsunami que recorrió las elecciones federales de 2018.
Si los candidatos que buscan la reelegirse en la diputación federal, local o en una presidencia municipal, creen que volverán a ganar echados en la hamaca solo por efecto de la "ola" lopezobradorista, se quedarán esperando el domingo 6 de junio.
El electorado nacional y local, lo mismo votará con ánimo por los resultados en los dos años del gobierno de la República, pero con mayor severidad en los municipios y distritos electorales locales donde evalúan en serio los yerros y los aciertos de legisladores y alcaldes.
Decisiones polémicas recientes como el madruguete en el Senado para ampliar la permanencia del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, ha irritado no solo a integrantes del Poder Judicial, pues el malestar surgió de las mismas filas de Morena, como ocurrió con los diputados Porfirio Muñoz Ledo y Pablo Gómez Álvarez.
Morena, como partido en el gobierno, viene de un desgaste también con las feministas; partido y gobierno son arrastrados por una necedad de mantener a un candidato impresentable como Félix Salgado Macedonio, que les ha costado posturas críticas de mujeres morenistas.
El gobierno de la 4T tiene tantos frentes abiertos que va de choques con jueces por los amparos otorgados contra la ley eléctrica, la ofensiva para liquidar al INE y hasta pleitos placeros con periodistas que opinan diferente.
La estela de muertes que ha dejado la pandemia del covid-19 no tiene de buen ánimo a dos millones de 594 mil infectados por el virus, ni por los 213 mil 597 mexicanos fallecidos, y no es porque el gobierno sea el culpable, sino por el manejo de la crisis sanitaria y de los efectos colaterales sociales y económicos.
Si a todo esto, entre otras cosas más, le suma la crisis interna de Morena convertida en una verdadera mafia del poder donde todos contra todos se acusan de fraudes, extorsiones, venta de candidaturas e imposiciones, así como candidatos abusadores sexuales, mentirosos (caso NL) y trepadores, entonces inhibe y debilita el tsunami electoral de 2018, que por lo visto difícilmente se repetirá el 6 de junio de 2021.
Pablo Ruiz