El albazo al priismo nacional con la reforma a los estatutos de ese partido que prolonga hasta 2024 la permanencia de Alejandro Alito Moreno Cárdenas en la presidencia del CEN, agrava la crisis del otrora partido-gobierno.
Los senadores Claudia Ruiz Massieu y Miguel Ángel Osorio Chong, así como el ex gobernador guerrerense Héctor Astudillo Flores, impugnaron la enmienda estatutaria ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf).
La reforma aprobada en el Consejo Político Nacional (CPN) del PRI es un dardo envenenado, porque siembra división para debilitarlo en las elecciones del 2024.
Acusan los priistas opositores a Alito Moreno que el campechano prolonga su gestión para controlar la designación de candidatos a los diferentes cargos de elección popular.
Busca, además, operar las elecciones en Coahuila y el Estado de México, y denunciaron que Alito se apoderará de las candidaturas para las elecciones federales y locales de 2024.
Dichos esto por los opositores priista, se puede entender o leer que no existe la menor duda que el PRI de Alito Moreno llevará a ese partido a convertirlo en el “comodín” de Morena en los estados y en la renovación de las Cámaras de Diputados y Senadores.
El PRI tiene claro que no es competitivo para enfrentar con éxito las elecciones presidenciales, y la apuesta real es aliarse con el PAN y PRD para obtener las mejores posiciones legislativas.
Dicho de otra manera, el PRI de Alito utilizará la coalición electoral en el 2024 para tener mayor capacidad de negociación con Morena.
Era impensable que el Revolucionario Institucional se convirtiera en un partido satélite de la 4T, es la fórmula PRIMor abierta y encubierta para convertirse en una franquicia útil y redituable.
Las siglas del PRI van detrás de cientos de miles de militantes que antes del 2018 en sus seccionales, municipios, distritos electorales y estados se incorporaron a las filas de Morena.
En Puebla, por ejemplo, en las elecciones ordinarias y extraordinarias de 2018, los operadores electorales del PRI lo hicieron para Morena, aunque sigan vistiendo la camiseta tricolor.
El PRI de Puebla es el mejor ejemplo del PRI nacional de Alito: opera y cogobierna con Morena en el Congreso local y en municipios, hasta alcaldes priistas marcharon el 4 de diciembre en defensa de la 4T.
Pablo Ruiz Meza
