Detrás de la estridencia y la diatriba por no alcanzar la mayoría calificada en la Cámara Baja para aprobar la reforma energética, vino la rabieta.
Se trata del llamado “oro blanco”, el litio, con una iniciativa de ley fast track contra los “traidores” a la patria, que reserva la extracción al Estado e impide concesionarse a privados.
Hoy sabemos con precisión por un académico de la Upaep, experto en la materia, que Puebla tiene la cuarta reserva nacional en el subsuelo y la comparte con los estados de Morelos y Tlaxcala.
Pero no crea que la extracción de este metal es “enchílame ésta”, como se dice coloquialmente; además de inversión, se requiere de tecnología y una industria con la que no cuenta el país.
Estamos hablando de un espejismo de la propaganda oficial de un desplante nacionalista, para que “tomen y aprendan” los “conservadores” y “vendepatrias” que no avalaron el monopolio de la CFE.
Amén de las aclaraciones jurídicas de los constitucionalistas si se violó o no la Carta Magna con esa “estatización” del litio, la realidad es que su explotación no está a la vuelta de la esquina.
Si algún “hijo de papi” de esos que están en el gobierno de la 4T se frotó las manos con el negocio, mejor que le siga como proveedor al SS y a los gobiernos estatales, porque la extracción del litio no son enchiladas.
Académicos expertos en energías y minas se preguntan de qué industria y mina están hablando: del litio o de su “nacionalización”, porque solo 8%, se sabe, está en proceso de explotación.
Aclaran los expertos que a diferencia de otros países, medidos por las miles de toneladas extraídas del subsuelo, México ni figura como industria minera del litio; dicho de otra manera, es un choro “cuatrotero” o “patriotero”, como quiera llamarle.
La extracción del metal, como lo dicen los “activistas” afines a la 4T, son igual o peores a los “proyectos de muerte” a los que se oponen en extracción minera como la cancelada en la Sierra Norte.
Advierte un experto en minería de la Upaep que la extracción de litio generará graves daños ambientales. ¿O qué? ¿por ser una ley “patriota” y “nacionalista” no contamina?, como es de la 4T ¿no es un “proyecto de muerte”?
Conviene analizar pros y contras antes de envolverse en la bandera y lanzarse al vacío por una simple rabieta “nacionalista”.
Pablo Ruiz Meza