De haber ocurrido en un gobierno panista o priista el caso del general Salvador Cienfuegos Zepeda habría sido el escándalo político del siglo.
Esa presunta “izquierda” indignada, mínimo, saldría a las calles y ocuparía las tribunas de las Cámara de Diputados y el Senado para denunciar un acto de traición a la patria.
Los delitos por los que se detuvo a un ex secretario de la Defesa Nacional por actividades ligadas al narcotráfico, son graves para la seguridad nacional y un golpe al Estado.
No deja de sorprender las razones poderosas para que una potencia mundial implacable con la aplicación de la justicia, EU, haya accedido a un argumento de razones diplomáticas, la bola de humo gubernamental.
Un país como USA, con gobiernos de línea dura, en el pasado ha ido contra generales para juzgarlos por narcotráfico y encarcelarlos, aunque para ello invadiera un país como ocurrió en Panamá, para llevarse al extinto general Manuel Antonio Noriega.
Gobiernos estadounidenses han amenazado con una acción similar a la panameña para capturar a militares de alto rango de Cuba y Venezuela, por lo que es increíble la actitud de los gobiernos vecinos del norte.
Ambos presidentes, de EU y México, tendrán muy pendiente una explicación, principalmente vendrá de la Unión Americana cuando asuma el cargo el virtual ganador de la elección presidencial, Joe Biden, para dar cuenta de los crímenes cometidos por Donald Trump.
El efecto nacional será menor porque hay un control de daños muy efectivo de la estructura de la 4T, apoyado con el silencio de priistas y panistas, pero en el colectivo nacional se acumulan los agravios a la nación con la puesta en libertad del Ovidio y del rescate de un general.
Lo que ocurre en México es lo que se esperaba de un gobierno presuntamente de “izquierda”; pues no, porque lo mismo ocurre en Nicaragua, con el gobierno vitalicio de Daniel Ortega, alejado de los ideales del sandinismo.
Es mucho pedir al movimiento de la 4T, y hasta injusto, culpar a la presunta “izquierda”, porque el régimen está en mano del viejo priismo estatista que ve el verde olivo como un sector del partido.