Hay una larga lista de culpables, según afirman los mismos culpables.
El ex secretario del Ayuntamiento, Francisco García León, extinguió el fideicomiso del estadio León sin analizar que ese acto eliminaba también la entrega del estadio. El ex alcalde Vicente Guerrero decidió eliminar el Fideicomiso que hoy generó que casi se pierda el estadio. El ex alcalde Ricardo Sheffield contrató unos abogados caros que perdieron el primer juicio. Bárbara Botello volvió contratar al mismo abogado que perdió el segundo juicio.
Los ex secretarios del Ayuntamiento, Mayra Enríquez y Martín Ortiz, según esto, no pusieron la atención debida a los juicios. Pero esto viene de más atrás.
El ex gobernador Vicente Fox y el ex secretario de Gobierno, Ramón Martín Huerta, firmaron un documento que reconocía la propiedad del estadio, lo cual ahora es considerado un error legal.
Los ex presidentes Luis Ernesto Ayala y Ricardo Alaniz, siempre apoyaron las acciones legales de Zermeño y también fueron chamaqueados. El ex secretario del Ayuntamiento, Felipe de Jesús López Gómez, conoció el expediente y nunca advirtió que habría problemas. Muchos ex regidores del PAN y del PRI igual aprobaron la creación del Fideicomiso, la extinción del Fideicomiso, la entrega de los 10 mil metros y la construcción de un hotel en terrenos que eran del pueblo.
De tal forma que ahora no hallan a quién culpar. Sheffield acusó a Bárbara. Bárbara acusó a Sheffield. Eugenio Martínez acusó a Paco García León.
En realidad todos son culpables y todos son inocentes. No hay un solo culpable de negligencia, sino que las acciones y omisiones de muchos nos llevaron a este momento de casi perder el estadio del equipo León. En realidad los gobernantes fueron ingenuos. Todos actuaron de buena fe, sólo que Zermeño no actuaba de buena fe. Todos actuaron pensando que estaban haciendo tratos con un caballero, cuando Roberto Zermeño, no es precisamente un caballero.