Era de esperarse. El actor norteamericano Sean Penn cometió errores de reportero chamaco con ganas de comerse el mundo.
La demostración más clara de que fue así es que el abogado de El Chapo ya salió a decir que mintió.
Es lo peor para un reportero: que un entrevistado diga que no dijo lo publicado. Es de primaria.
Un reportero de verdad sacaría aquí la grabadora o el video para demostrar que sí dijo exactamente lo que escribió. Sean Penn no tiene grabada toda la entrevista que hizo y eso no le pasaría a un profesional. En todo caso sólo publicaría lo que pueda demostrar de manera contundente. A final de cuentas la nota ya era importante.
Queda claro que Sean Penn no supo diferenciar en qué momento fue una conversación con El Chapo y en qué momento era una entrevista formal con grabadora, con el pleno conocimiento de El Chapo.
Sean Penn debió decirle: desde este momento empieza la entrevista y corre video. Y según parece no lo hizo, porque ciertamente El Chapo nunca hubiera dicho públicamente que es el principal narcotraficante, ya que eso es una declaración de culpabilidad en un juicio. Tampoco creo que Sean Penn haya mentido, sino que mezcló su conversación con la entrevista, incluyendo tal vez frases que El Chapo no hubiera dicho en micrófono, como ahora lo dice el abogado.
Esa confusión debió aclararla en el mismo momento de la entrevista para asegurarse de que no habría un desmentido. De por sí la versión pública de la entrevista es confusa. Da la impresión de que solo hablaron y no hubo entrevista formal, y después El Chapo hizo una versión él solo para enviárselas.
De hecho la voz que hace las preguntas no parece la de Sean Penn.
No hubo rigor periodístico.
Sean Penn se emocionó con la nota. Se dio cuenta que tenía en sus manos una bomba informativa y la escribió de manera acelerada, con varios datos inexactos. Le faltó sin duda un editor que planteara las dudas éticas porque no fue tampoco correcto que le enviara el texto para que El Chapo lo aprobara.
Otro error fue que Sean Penn nunca hizo una pregunta incómoda. En ningún momento cuestionó la conducta del criminal.
Sean Penn cometió muchos errores de un reportero novato, pero su gran mérito fue que ganó la nota del año a todos los reporteros experimentados que nunca supieron cómo llegar a El Chapo.
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