Cultura

Reviviendo a ‘Los de Abajo’

Te digo que no es un animal... Oye cómo ladra el Palomo... Debe ser algún cristiano...

La mujer fijaba sus pupilas en la oscuridad de la sierra.

— ¿Y que fueran siendo federales? —repuso un hombre que, en cuclillas, yantaba en un rincón, con una cazuela en la diestra y tres tortillas en taco en la otra mano.

De esta manera da inicio la excepcional obra Los de Abajo del escritor jalisciense Mariano Azuela, de quien en días pasados se conmemoró el LXVII aniversario luctuoso. A mi gusto, dicha novela cimienta las bases del cúmulo de obras literarias que dan cuenta de las místicas y trágicas vivencias del periodo revolucionario en México. Obras cuyo esplendor alcanzan la cúspide con Pedro Páramo y demás relatos rulfianos a mediados del siglo veinte.

En Los de Abajo, Azuela recrea sus experiencias en la reyerta cómo médico militar enrolado con las fuerzas villistas de Julián Medina. De la misma manera, también incluye anécdotas e historias de sus compañeros de armas. Todo lo anterior el autor lo amalgamó en una magnifica historia cuyo protagonista es Demetrio Macías, campesino que se une a la causa revolucionaria en busca de venganza y no por un afán ideológico.

La aventura, los balazos, los amores y los desamores se escenifican en los cañones que fondean los Ríos Verde y Juchipila al sur de Zacatecas y norte del estado de Jalisco, y en medio de esos agrestes parajes se nos narran los avatares de quienes se atrevieron a hacer de esos acantilados sus fortalezas infranqueables. El nombre de la novela es justamente en referencia a los pobladores que viven al fondo de esas barrancas, a su pobreza y a su reacio carácter forjado en las vicisitudes de su entorno.

En un inició, la obra se entregó en artículos quincenales para un periódico, situación que le restó cierta valía; incluso el mismo autor la describió como una serie de “escenas y episodios revolucionarios”. Es por esto que algunos especialistas literarios, en su momento, criticaron la falta de unidad y de un hilo conductor entre los capítulos, dejando a Los de Abajo postrados en el rincón empolvado de las bibliografías escolares, lejos del “mainstream” del “boom latinoamericano” y de sus influencias literarias.

Con el paso de los años y después de revisar de nuevo la obra de Mariano Azuela, me doy cuenta que hoy por hoy es un adelantado a su tiempo e incluso a nuestro tiempo. Pues, a pesar de describir la lucha revolucionaria desde uno de los bandos, el oriundo de Lagos de Moreno es excepcionalmente autocritico y nos menciona con cruda realidad los crímenes de guerra qué todas las partes beligerantes cometieron contra la población.

Quizás, en nuestro contexto, pudiéramos tomar ese ejemplo y además de ser críticos con quienes piensan diferente a nosotros, ser menos condescendientes (menos likes) con los que consideramos de nuestro bando, y sobre todo, ser más autocríticos con nosotros mismos.

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Oscar Riveroll
  • Oscar Riveroll
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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