Cultura

Il nome delle lettere

En un difícil ejercicio de desapego, intercambié algunos libros de buena hechura con un joven poeta de levita y moño, claro, el trueque fue a título de préstamo. Él recibió de mi parte dos textos, uno de la autoría de Alberto Ruy Sánchez y el otro de Don Trino Lepe Preciado. Yo obtuve una fabulosa obra que leí hace muchos años y la cual desapareció de mi biblioteca en los avatares del tiempo y el espacio.

Coincidentemente, el libro llegado a mis manos cumple en estos días la edad madura, es decir, cuarenta años de haber visto la luz por primera vez en su idioma original. Me refiero, ni más ni menos que a la excepcional obra Il nome della rosa (El nombre de la rosa) de Umberto Eco, novela de culto en extremo culta que transita por la narración histórica y el género negro con una fluidez impecable.

Debo confesar, querido lector, que mi primer acercamiento a la obra fue a través del cine, pues en mi época de preparatoriano, en el paleolítico inferior, un profesor tuvo a bien proyectar esa película basada en el libro de referencia, misma que protagonizaron de manera magistral Sean Connery y Christian Slater. Quedé tan sorprendido con el filme qué, además de volverlo a ver infinidad de veces, busqué y compré el libro en cuanto tuve la primera oportunidad.

Leído y releído el dichoso texto, cada vez me hacía descubrir algo oculto en sus párrafos, algo que no había observado y que se convertía en una importante pista para resolver la trama, o mejor aún, se volvía un abanico de acertijos intelectuales y de simbolismos que me obligaron a desmenuzar e indagar por mi propia cuenta, hasta dar con sus tesoros ocultos.

Al tiempo, y una vez que tuve acceso a un sinnúmero de análisis y críticas sobre la novela, confirmé lo que ya sospechaba, El nombre de la rosa, además de ser una excepcional obra literaria, es un tratado de hermenéutica donde el autor nos muestra, entre líneas, mucho más que una historia medieval. Y como ejemplo, dos de sus protagonistas: el monje ciego y encorvado Jorge de Burgos o el detectivesco fraile franciscano Guglielmo da Baskerville, son personajes que hacen clara referencia a la vida y obra a Jorge Luis Borges y una mezcla de Arthur Conan Doyle y Guillermo de Okcham respectivamente en una interesante disección de la cultura del siglo XX.

La erudición de Umberto Eco al escribir su obra fue tal, que la historia finaliza, y sin ánimo de hacer “spoiler”, con un homenaje a los amantes de la sabiduría (motivo de los crímenes en la abadía), pues ésta, la sabiduría, acaba siendo metabolizada por el custodio de los libros antes de dejarla caer en manos ajenas a la misma.

Con la feliz coincidencia de tener de nuevo ese libro en mis manos, y sobre todo en los días en que cumple sus cuarenta años, hago especial homenaje a una de las  mejores novelas de la historia y hago también especial recomendación, para que, quién no la conozca, se dé la oportunidad de fascinarse con una obra maestra. 


[email protected]

Google news logo
Síguenos en
Oscar Riveroll
  • Oscar Riveroll
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.