El sexto informe de Gobierno de Alfredo Del Mazo Maza fue la culminación de un intercambio de expresiones de condescendencia, que potenciaron los comentarios sobre la resignación premeditada para dar paso a la alternancia de partido en el gobierno.
A lo largo de los días previos al acto solemne de rendición de cuentas hubo cierto esfuerzo por comunicar desde el Ejecutivo mexiquense para posicionar varias ideas entre la población, señalando resultados a manera de un legado de gobierno, que no deja de generar extrañeza.
Según el análisis que hacen desde el Ejecutivo, hoy el Edomex es una entidad más justa, con un futuro venturoso donde los programas sociales extendieron sus beneficios, se logró disminuir la inseguridad medida en menos delitos de robo a transporte público, robo de vehículos y secuestro, además de haber destinado más dinero al fortalecimiento de la policía.
Sus programas destinados a la población femenina también fueron parte del argumento para sostener que se atendió el compromiso propiciando mejores condiciones para su desarrollo y para agregar más cifras impresionantes, presumió entre otras cosas inversiones por más de 215 mil millones de pesos e ingresar más de 13 mil millones de dólares para hacer del estado el tercer receptor de inversión extranjera.
Pero todo ese recuento evidentemente no lo apreció en la misma forma la ciudadanía que, como dijo el mismo gobernador saliente, tomó una decisión histórica para dar el triunfo a la ahora gobernadora electa, Delfina Gómez Álvarez.
Causaron al final más impresión y comentarios que toda la numeralia, las expresiones de reconocimiento y aprecio que intercambiaron el Presidente desde su conferencia mañanera que coronó con la asistencia al informe mexiquense, donde fue ampliamente correspondido y testificó la pleitesía que se rindió a la gobernadora electa, Delfina Gómez, que con gentileza y sencillez se desplazó entre la concurrencia recibiendo felicitaciones, abrazos y tomándose fotos incluso con quienes en algún momento parecía tener diferencias irreconciliables.
Incluso hubo espacio en el mensaje para dedicar también comentarios elogiosos a la ex jefa de gobierno y hoy aspirante a ser abanderada de Morena a la Presidencia de nuestro país, de quien se dice tiene la preferencia del “gran destapador”. No faltó quien se preguntara si era necesaria tal distinción o ese gesto adicional de agradar al vencedor.
Sabido es que, por los tiempos, este sexto informe ya no requerirá una Glosa con la comparecencia de los secretarios de gabinete que están a punto de quedarse desempleados, pero que legalmente no cesan en la responsabilidad, si es que se les llamara a cuentas. Habrá que ver si la estridencia declarativa antes, durante y después de la campaña con el estigma de la corrupción que endosaron al gobierno priista, realmente trasciende para contradecir el reconocimiento que el Presidente de México ha extendido a este gobierno.
