Vistas las previsibles complicaciones que se generan cuando se da rienda suelta a obstinaciones personales, así como los efectos y enredos que provocan las decisiones insuficientemente pensadas y apresuradas; ojalá que se tome nota en el Estado de México, de lo que ocurrió en el proceso de selección de aspirantes a integrarse al Poder Judicial Federal donde desde la etapa de registro, cada poder estableció sus propios requisitos y criterios de selección, cada uno promovió la participación de abogados y abogadas como mejor se le ocurrió, para que al final tuviéramos, por ejemplo, personas registradas y aprobadas en más de un comité, un número insuficiente de aspirantes hombres y mujeres en otro comité, como en el judicial donde los requisitos fueron más rigurosos, o una cantidad descomunal de aspirantes registrados a una velocidad inverosímil, como en el poder legislativo, a tal grado que no fueron capaces de verificar en el tiempo que marca la Ley, quienes de los registrados cumplían con los requisitos que se establecieron y así fueron los primeros en desatender la Ley que reformaron. Es apenas el principio del proceso de selección, esperemos si hay controversias de esta etapa y como se llega a la siguiente, ya contra reloj. Cambiar por cambiar nunca ha sido la opción.
Tanto legisladores como representantes de los poderes en el estado de México, deben ser muy sensatos y responsables para evitar las fallas de sus homólogos federales al aplicar la reforma judicial estatal. Asimismo sería deseable que al habérsele respetado al Poder Judicial mexiquense la posibilidad entre sus integrantes a la persona que ejercerá la presidencia interina mientras se realiza la elección de los nuevos integrantes, quienes hoy están diagnostiquen con agudeza y sabiduría las oportunidades que esto brinda para dejar a un lado egos u obstinaciones y más allá de eso sean responsables para construir acuerdos que permitan un proceso de transición ordenado, aumenten también las posibilidades que se aprovechen los conocimientos y experiencia de sus actuales integrantes que podrían tomar parte en la nueva composición del tribunal superior, el tribunal de disciplina y el órgano administrativo. Ojalá emerjan buenas ideas.