Ser ocurrente, valiente, disruptivo o estar dispuesto a todo con tal de atraer electores, sin reparar en la pertinencia o la viabilidad de lo prometido, al parecer es el nivel en que han entrado las campañas por la presidencia después del debate, con obsequios declarativos para sus adversarios que resuenan más que muchas de otras propuestas.
Llama la atención que, al calor de la campaña, ocurran deslices verbales tan desafortunados como para preocupar, por burdos, irreflexivos o reveladores. Así pasamos del “si a los 65 años no tienes casa propia, eres bien wey” de Xóchitl Gálvez, al “No es cierto que no se puede vivir bien sin trabajar” de Claudia Sheinbaum; tal vez les hace falta más contacto con la realidad. A ver si nos dan en adelante material para que la ciudadanía (que también tiene lo suyo en la trivialización de lo importante y la magnificación de lo anecdótico) se enfoque en el trasfondo y alcance viable y necesario de lo que hoy las candidatas y el candidato pretenden ofrecer a las y los mexicanos. No hay tiempo que perder, me cuesta creer que realmente sientan lo que han dicho.
Para que no se antoje dudar de la relevancia del Edomex en el panorama nacional, este lunes Alito Moreno, en conferencia de prensa, arremetió contra su ex compañero de partido Eruviel Ávila; ahora que viste chamarra o chaleco verde habitualmente, le cuestiona y amenaza con denunciar malos manejos en sus tiempos de gobernador en rubros de salud y educación, temas que los nuevos aliados del de Ecatepec en la 4T parecen haber superado ahora que reman para el mismo lado y feliz aparece el ex mandatario a mofarse e ironizar ante la acusación. ¡Lo que un cambio de chaleco puede generar!
De no creerse por otra parte que en la capital del Estado de México se reavive la incertidumbre por el posible reclamo de la posición, del que fuera presidente municipal constitucional de Toluca, que hoy enfrenta un proceso judicial pero ha recuperado su libertad y argumenta su defensa, con cierta razón, que sus derechos políticos se mantienen. Vivimos lo inédito y tal parece que la historia que por sí era compleja, aún no termina. ¿Qué le conviene a la ciudadanía de Toluca? ¿A alguien le importa? Ya lo veremos.
Para rematar, están por iniciar las campañas por las Presidencias municipales y diputaciones locales, contienda en la que la búsqueda de elecciones consecutivas será historia recurrente en los diferentes bandos, para acabar de demostrar si se desterró esa máxima revolucionaria del “sufragio efectivo, no reelección” y puede hacer la ciudadanía evaluaciones rigurosas de sus representantes.
De pilón, causan extrañeza e hilaridad las manifestaciones de grupos morenistas inconformes con designaciones de candidaturas, que cándidamente acudieron a manifestarse frente al Palacio de Gobierno del Edomex para pedir a la gobernadora prácticamente que se olvide de su investidura y se meta abiertamente a la operación política para reasignar posiciones, como si no estuviera enterada de las implicaciones y como si no hubieran calculado la fuerza de los inconformes y su capacidad en el voto de castigo para tomar decisiones, lo que hace punto menos que imposible atiendan la rabieta, manteniéndose la mandataria lejos de esos pleitos que solo servirían para ensuciar su camino. Que revisen sus documentos básicos y rueguen a su líder nacional.