El fin de semana Bad Bunny lanzó el video “Yo perreo sola”, un tema de corte urbano con una postura en favor de la libertad de elección de la mujer, de divertirse como le de la gana (“Borracha y loca, a ella no le importa, vamos a perrear, la vida es corta”), de relacionarse emocionalmente (“Del amor es una incredula, ella está soltera antes que se pusiera de moda”) y de cosas tan simples como bailar sola. El material audiovisual cierra con la frase: “Si ella no quiere bailar contigo, respeta, ella perrea sola”.
Es un mensaje muy simple, muy básico, pero muy poderoso por dos razones: uno, es algo que millones de hombres heterosexuales cisgénero no han entendido, mismos hombres que escuchan con fervor la música de Bad Bunny y ahí la segunda razón, el alcance de este cantante puertorriqueño, que en esencia es la figura de música en español más popular en la actualidad en todo el mundo. Benito Martínez (nombre real de Bad Bunny), no está descubriendo el hilo negro, ni está dando clases de feminismo, simplemente está alineándose a mensajes, que sobre todo los más jóvenes deben de tener claros: “No” es “No”, incluso en algo tan simple como una invitación a bailar.
Para rematar, Bad Bunny decidió ser la modelo femenina de su video. En algún punto, el cantante “perrea" con su versión femenina, teniendo de fondo mensajes en neón como “Ni una menos” o “Las mujeres mandan” ¿Qué hizo Bad Bunny? Ponerse en el lugar del otro, usar los tacones, el vestido corto, la minifalda, un ejercicio que todos los hombres heterosexuales cisgénero tendrían que hacer uno de estos días para entender el enojo y las demandas de respeto por parte de muchas mujeres ¿Que Bad Bunny se está colgando del feminismo? Y si así es ¿Cuál es el problema? El mensaje está enviado, a millones de personas en todo el mundo; jóvenes de todo el planeta están viendo a su ídolo vestir como mujer, romper las normas de género, sostenerse en una postura (recordemos que Benito alzó la voz por el asesinato de una mujer, Alexa), situaciones a las que quizá esos jóvenes jamás habían estado expuestos.
Bad Bunny podría haber pasado de largo todo este asunto, seguir vendiendo los discos que le diera la gana y cantar sobre las noches de fiesta como las hemos conocido desde siempre. Pero que bueno que no lo hizo y que aprovecha su plataforma para hacer cambios en la mentalidad de muchos hombres.