J.J. Abrams dijo que de alguna forma veríamos una representación LGBT+ en la nueva cinta de Star Wars y lo cumplió. En una escena de celebración, dos mujeres se besan en pantalla, en la boca, teniendo el primer plano por algunos segundos y eso es todo ¿Quisiéramos más? Sí ¿Es importante lo que pasa en pantalla? También ¿Por qué? Porque al fin, en esa galaxia muy lejana, existimos, somos representados y millones de personas alrededor del mundo lo verán, personas homofóbicas que creen que no merecemos un espacio y un respeto estarán expuestos a una muestra de amor entre dos mujeres, muy a pesar de lo que piensen, una de las empresas más poderosas del mundo, Disney, respalda que visualizarnos es importante.
Sí, son pequeños pasos, como lo que pasó con “Endgame” (un personaje circunstancial da a entender que es gay en una escena que dura segundos), pero es un primer paso, que dará pie a que nuestra representación en ese tipo de productos masivos sea cada vez más regular. Repito, esto a pesar de lo que puedan opinar aquellos que optan por el odio y la ignorancia.
Star Wars es una cinta de corte familiar, un producto que ha trascendido de generación en generación. Si esos segundos generan conversación (seguro lo harán, ha sido nota en los portales más importantes de entretenimiento), la labor ya ha valido la pena. Ahora esperamos que en los próximos años ya no hablemos de segundos o de escenas, sino de personajes y de historias centrales y seguramente para allá iremos. Bien lo dice Reed Hastings, director de Netflix: “Se trata de retratar el mundo en el que vivimos como es”.
