No tengo el gusto de conocer a los organizadores de la macha LGBT+ en México y desconozco sus actividades de organización. Sin embargo, hace un par de días hicieron público un comunicado con respecto a la celebración del evento este año, el cual se prestó a toda clase de interpretaciones. Cito de forma textual: “El comité IncluyeT continúa trabajando en la realización de la XLII Marcha del orgullo LGBT+ en la ciudad de México con la misma incertidumbre que todos y todas tenemos”. Al decir que continúan trabajando, se puede entender que el evento sigue en pie según lo planeado, lo cual está alejado del verdadero mensaje del desafortunado comunicado.
Con más de 120 eventos del orgullo cancelados y un aumento constante en esa cifra y la declaración del sub secretario de salud Hugo López-Gatell del 24 de marzo que dice: “Si tenemos éxito con las medidas sanitarias, el número de casos va a ser menor, pero si se prolonga la epidemia, muy probablemente estaremos llegando hasta septiembre y octubre”, las respuesta más lógica de todo este asunto es la cancelación de la marcha este año o su postergación de forma indefinida. No hay que ser un activista de vieja guardia para llegar a esa conclusión, se trata de simple lógica y alinearse con las recomendaciones de salud de las autoridades.
Alaín Pinzón, internacionalista y para mí, uno de los activistas LGBT+ más destacados en la actualidad, dialogaba conmigo vía Twitter y me presentaba un escenario en el que las autoridades de salud no tomen las acciones necesarias para abastecer de medicamento a las personas que viven con VIH o en el que los transfeminicidios continúen a la orden del día entonces, aunque en junio no sea prudente salir a las calles ¿No haremos nada? Seguramente algo haremos, pero ese es otro evento, otro tipo de manifestación, no la marcha LGBT+ que conocemos que convoca a miles y miles de personas y que simplemente debe ser cancelada ante la situación que vivimos.
