En lo personal encuentro muy difícil establecer una postura sobre el tema Israel y Palestina puesto que hay muchas variables históricas, circunstanciales, religiosas y económicas a considerar, antes de establecer un criterio o ponernos de un lado u otro, la realidad es que los que están pagando las consecuencias son los ciudadanos tanto de Israel como de Palestina, pues la violencia es como un tsunami que no respeta nada, simplemente toma fuerza y sigue su curso destruyendo todo a su paso, no importa si son niños, bebés, mujeres, hombres, adultos mayores.
Y unos atacan y los otros justifican la respuesta violenta con la premisa de defenderse, el tema es que son mentes maquiavélicas quienes están detrás de todo esto, incitar al odio, a la violencia, a la guerra, nunca ha sido ni será la respuesta. Varios códigos de guerra y tratados internacionales de derechos humanos ya fueron violentados, lo preocupante es que se prevé una escalada y que se involucren otros países.
Las guerras son el claro ejemplo del fracaso social y como en lugar de evolucionar como especie humana vamos hacia atrás sin vuelta de regreso. ¿Qué nos toca? Informarnos, no tomar posturas que inciten al odio, para los creyentes rezar, para México seguir en su postura internacional pacifista e imparcial, pero en política interna hacer una estrategia urgente para combatir a la delincuencia que poco a poco nos sigue robando libertad y paz, estar atentos a lo que pase porque por más alarmista que parezca, si se desatara un conflicto nuclear, estar al lado de Estados Unidos no será nada favorable para México ni para el mundo en general.
Esperemos que no se llegue a eso, pero ya hemos visto tanto que en este mundo en donde vivimos ya todo resulta una posibilidad.