Torreón en su origen fue ejemplo nacional de planeación. El trazo de su primer cuadro realizado por Federico Wulff en 1888 fue cuidadosamente diseñado y respetado la primera mitad del siglo XX.
El crecimiento exponencial de la ciudad nos planteó un gran reto, una ciudad es más que sus calles, que poco a poco fueron trascendiendo el plan original y modificando su orden. El desarrollo de un municipio es vocación económica, es educación, es comercio, espacios públicos, equidad e inclusión social, es movilidad y mucho más.
Por ello desde finales del siglo pasado distintos esfuerzos han buscado encauzar el tesón y trabajo característico de los laguneros: el Plan Nueva Laguna, el Programa Gran Visión 2020, la Carta de Asociación de Municipios de la Zona Metropolitana de La Laguna, el Plan Rector de la Zona Metropolitana de La Laguna, y algunos otros proyectos que han presentado instituciones como el Tecnológico de Monterrey y la Universidad Iberoamericana.
En 2014 el Ayuntamiento de Torreón a través del IMPLAN convocó a un Plan Estratégico Metropolitano donde participamos cientos de ciudadanos, académicos, empresarios, funcionarios, donde quitándonos nuestro membrete y solo sentándonos como laguneros que conocemos y queremos un futuro para nuestra región diseñamos una ruta plasmada en el Plan Torreón 2040 con más de 300 proyectos.
Paralelamente se construyó una Agenda Ciudadana entre más de ochenta instituciones convocadas por Renacer Lagunero que plantea a su vez una serie de acciones necesarias para la cohesión comunitaria, el desarrollo y la competitividad de la comarca lagunera.
Ahora se habla de un nuevo plan impulsado por el presidente electo cuando ni autoridades ni ciudadanos han dado seguimiento a los planes ya existentes, que sin duda resultan pertinentes y complementarios.
Es necesaria una sola visión para Torreón, pero sobre todo es importante que todos los que lo habitamos la construyamos y le demos seguimiento y continuidad.
