Fuertes denuncias en los medios de comunicación y en las redes sociales nos deja ver la manera cómo el régimen morenista quiere tomar las decisiones sobre cómo enfrentar la continua construcción y transformación del país. De pronto parecen líderes en modo capitán de barco en mares procelosos, y en otro momento sencillos e inexpertos grumetes incapaces de darse cuenta del tamaño de las olas.
Desde luego, conviene reconocerlo y recordarlo: en estos tiempos de enorme divulgación de noticias de todos los campos del país, la gran mayoría de la población de da cuenta de los sucesos, de las decisiones del gobierno y sus efectos, de los silencios estratégicos y las medias verdades indispensables acompañantes de cualquier político cuyos dichos y obras no acaban de anunciarse cuando ya están en el espacio virtual, con todo y críticas o aplausos. Al mismo tiempo, los no gobiernistas hacen lo mismo con los errores, las fallas, las insuficiencias, las lentitudes y las declaraciones de cualquier político, incluyendo la presidenta.
¿Están solos los gobernantes? ¿Alguien les puede decir sus errores, al menos los de sus discursos, ya no se diga de la comunicación de ciertas decisiones? Las redes les dicen y ellos/ellas sólo rezan: ellos, son los enemigos de la transformación. Un ejemplo sencillo de comprender es el tema del agua en Jalisco. Una presa, originalmente pensada para hacer posible “almacenar” una cierta cantidad de agua para enviar la mayor parte al Bajío en el cercano estado de Guanajuato. Un gran error inicial, el cual costó mucho dinero, fue planear la presa de tal modo que cubriría de agua a tres comunidades campesinas. Las múltiples protestas convencieron al gobierno de “bajar la cortina” para evitar la inundación, y quizá habría modo de enviar alguna cantidad de agua a Guanajuato. Años, construcción que hubo de corregirse, que costó dinero. Fue la decisión del presidente de la república convencido de que mantener el proyecto original sería un desastre político, y dio marcha atrás con todo y el dineral desperdiciado. ¿Sólo o acompañado? ¿La clave fue la participación popular y técnica en el análisis del asunto? ¿Cálculo político o claridad solidaria?
Bien, eso ya pasó. Y parece que no. La ahora presidenta anunció el desvío de un caudal a enviar a Guanajuato desde la Presa de Solís, antigua construcción parte de la captación, almacenamiento y distribución del agua en la extensa zona de varios estados y sus municipios en el occidente del país. Ese anuncio desató preguntas, protestas y expresiones “pesadas” pues el agua destinada a Jalisco se reduciría. La presidenta respondió diciendo que no se le quitaría a un estado lo que necesitaba otro. Sin embargo, los presidentes municipales de los municipios que reciben tradicionalmente esos caudales venidos de la presa de Solís protestaron y declararon su inconformidad con las decisiones del gobierno federal. Solís es donde se acumulan cantidades suficientes para las necesidades a los estados de la cuenca en la que se encuentran esos municipios. Si de ahí saldrán las nuevas y más grandes cantidades solicitadas por Guanajuato, dicen, Jalisco perderá cosechas y no se satisfará las necesidades de las poblaciones de esos municipios.
El agua no se puede crear con alguna técnica accesible. Tenemos la que viene del “cielo” a través de las nubes, a ratos mucha, a ratos menos. Varios cultivos de alimentos necesarios para la población se siembran en Jalisco y se riegan con esa agua venida del cielo a través de Solís. Munícipes reunidos, no solos, defienden las necesidades de sus territorios. Espero se resuelva el diferendo con paz y acuerdos. Con calificativos sólo se abono a poner distancia innecesaria para estos casos.
Bien, escribo sobre el caso Presa de Solís y agua para Jalisco, para reflexionar un poco sobre el tema relacionado con el ex gobernador de Tabasco y su nombramiento del responsable de la seguridad, hoy imputado de ser miembro de un cártel. Y de paso señalado junto con otros morenistas de los derroches que se han ventilado en la prensa nacional.
El tema de los derroches puede parecer menor, tal como a ciertos funcionarios les parece menor reducir el monto de agua para Jalisco. No lo es. Una nota, no menor por cierto, funda la importancia del señalamiento sobre el encargado de la seguridad de Tabasco, pues convenir con los no tan buenos es algo contra la ley. Al mismo tiempo los que saben de esos temas aseguran que un funcionario de seguridad en los estados no puede hacer su trabajo sin ayuda de algunos “no tan buenos”. Suena horrible. ¿Tan mal estamos? Igual en el tema de las cuotas de agua hoy más escasa. Las dos demandas son justas: No nos disminuyan el agua; no te arregles con el enemigo.
¿Cómo es que sigue sucediendo el conflicto por el agua? ¿De qué ha servido el avance en los estudios del medio ambiente y la ecología? ¿Desde cuándo hay una secretaría de Estado para aplicar esas ciencias a la atención de la situación alimentaria en el país? Y en el otro frente ¿Por qué han fracasado los “mil” y un planes de seguridad pública aprobados en los últimos sexenios, con todo y los muchos dineros invertidos? Estos dilemas también se pueden aplicar a otras tareas de gobierno y a la salud y prosperidad, aun lejanas de las mayorías del país.
Los gobiernos y sus responsables, solos, no llegarán lejos. Los gobiernos y sus responsables siguen separados de las comunidades, de las sociedades económicas y políticas; separados del pueblo organizado tampoco tendremos soluciones duraderas. La ciudad, la nación, las necesidades emergentes, seguridad, educación y salud pueden resolverse con la participación solidaria de comunidades, pueblos, trabajadores, familias… en las decisiones que les afecten y en la construcción de soluciones coordinadas con quien también tiene derecho a participar. Nos falta bastante, y podemos aprender rápido.