Sucesos recientes suscitados por el gobierno mexicano hacen pensar si el gobierno en cuanto ente institucional público y colectivo puede ser responsable de la marcha de la nación y cuyo comportamiento debe ser intachable. Los hechos recién conocidos indican una conducta contraria a la lealtad del gobierno frente a su responsabilidad con el pueblo. No con ese pueblo nombrado por los morenistas con frecuencia, sino el pueblo total, los habitantes de todos los días de esta nación, hombres, mujeres, jóvenes o no tanto, múltiples, variados por edad, intereses, territorio e incluso por creencias y desde luego por historias y realidades.
Cuando a los muchachos y muchachas los sorprenden los adultos mayores en el transcurso de algunas conductas inconvenientes, se les llama la atención y se les recuerda lo inaceptable de esas conductas; a veces hasta se les exige cumplir un castigo, en ocasiones el llamado castigo corporal. En estas circunstancias las personas observadoras del desmán, del mal comportamiento público, piden un castigo ejemplar, acaso un juicio rápido para entrar al penal y sufrir lo que implica vivir sin libertad y sin voluntad. Capaz y aprenden (se educan) a comportarse dicen los fanáticos de la represión como arma educativa.
Bien. Ese fenómeno sufrido por quien se porta de manera inconveniente es parte del aparato educativo del gobierno, del Estado mexicano y de otros países. Y, se sabe, se vive, se nota como el Estado protege a quien se porta de manera criminal, eso sí, de modo tranquilo, sin aspavientos, sin balazos, con modales amables y en pro de una causa noble tal como la es el acceso al poder y sus permisos poderosos y aun ilegales, sin consecuencias.
En días recientes se destaca un cierto proceso de espionaje sobre las actividades del gobierno del estado de Tabasco, lo cual ha resultado en un escándalo. Un comportamiento prohibido por la ley se realiza a la luz del día, contribuye a la sospecha de un gobierno con criminales como empleados de alto rango. Entra en temblor el gobierno pues los datos que se publican involucran a funcionarios y empleados de alto rango.
Ciertos periodistas y medios de comunicación avisan del descubrimiento de evidencia que relaciona a varios miembros del gobierno de Tabasco con una banda criminal dedicada al trasiego de gasolina y petróleo obtenido por robo y la relación con empleados y dirigentes, de muy alto rango, del gobierno del estado de Tabasco.
Un gobierno usado para delinquir, y no con chicles, sino con sustancias carísimas y robadas al propio gobierno del que eran empleados. Las informaciones se toman de papeles y actas gubernamentales capturadas mediante hackeo electrónico. Tal hecho puede invalidar cualquier proceso legal contra los funcionarios descubiertos en esas andanzas de robo al país. Sin embargo, al darse a conocer estos hechos el pueblo, esa población no ligada a los favores del gobierno, desconfía y se aleja de ese gobierno y de esas instituciones. A la vez el gobierno ante la población en general queda, al menos, como incapaz de cuidarse de los grupos y personas adheridas al delito y el enriquecimiento por robo a la nación y negocios declarados ilícitos.
Es un gobierno sin educación. Un gobierno incapaz de educar a sus propios empleados y funcionarios. Y por tanto desconfiable. Más razones para apartarse de ese gobierno cuando las personas señaladas, no muestran sino miedo ante los señalamientos, pues atacar a quien da una información con insultos no elimina la información y sí da elementos para pensar en la poca educación política de quien se siente atacado y sólo muestra debilidad.
Se ha descubierto, sí, por medios no los mejores, una conspiración delictiva entre funcionarios de alto nivel, empresas de la nación, grupos delincuenciales de alta letalidad, para robar a la nación. No es de ahora, y si sabido por altas autoridades desde hace años, y por tanto obliga a una acción muy cuidadosa, no de sólo luces y declaraciones tronantes, para tener los elementos con los cuales frenar las actividades de los delincuentes, castigar a los culpables y rehacer la forma mediante se cuida y educa al país, desee un nuevo gobierno, este sí, educado y educador.