Política

Dineros y repartos públicos

Nadie desconoce la importancia de los dineros públicos. En especial los dineros con los cuales se hace posible la operación cotidiana de los servicios reservados a los diversos órdenes del gobierno. Si tales servicios se cobraran a los ciudadanos, muchos, quizá más de dos tercios de ellos, no podrían pagarlos. Entre otros: Alumbrado público, recolección de residuos, limpia de lugares públicos, agua potable, alcantarillado, parques, museos, centros de salud, escuelas, policía, judicatura y tribunales, burocracia y un largo etcétera. El gobierno los cubre con los impuestos, los cuales son más altos para quien recibe ingresos más altos, y bajos para los sectores de menores ingresos.

Los impuestos de todos forman un monto para ser utilizado en el pago de esos servicios públicos, y los sueldos y salarios de los empleados y funcionarios para operarlos. Así, hay una alianza tácita en este modo de funcionar: Los impuestos son proporcionales a la situación económica de los ciudadanos, y los servicios públicos son para todos.

Este modo, el más justo en el papel, tiene al menos tres defectos en la práctica real. No todos los ciudadanos pagan impuestos, al menos no todos los correspondientes a su ingreso real. Por ejemplo, las personas con trabajo en la informalidad, es decir sin cumplir todos los requisitos de la ley. Segundo, no todos los ciudadanos reciben el mismo servicio. Por ejemplo: En la práctica un defecto en una zona de ciudadanos adinerados se corrige con mayor prontitud, pues se quejan con las autoridades más altas. Tercero, la identificación de las necesidades de los ciudadanos se realiza por medio de una medición estadística general con algún índice, por el ejemplo el índice de marginalidad de las colonias, barrios y municipios, generado por el INEGI. Sin culpa de nadie, en principio, se acepta la clasificación resultante y se asignan más dineros a los lugares con mayor marginalidad, y menos a los demás. El resultado no siempre iguala la satisfacción de las necesidades.

Este modo es similar en el reparto de dinero del presupuesto federal. El intento de corregir los defectos con estimaciones más o menos aceptables provoca recortes o asignaciones hacia las distintas entidades de la federación con el consecuente disgusto o felicidad. Si el dinero es menos o hay emergencias, el reparto será menor. Solución: Difícil.

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Miguel Bazdresch Parada
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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