El regaño del gobernador Alejandro Armenta a su secretaria de Turismo, Yadira Lira para que se pusiera a trabajar fue tan contundente, que pareciera haber firmado su salida anticipada de la administración estatal.
Sin embargo, quienes conocen la relación de trabajo del gobernador con su subalterna, saben que ese llamado de atención tiene varios destinatarios.
Como se dice coloquialmente "te lo digo a ti mi hija, para que lo entiendas tú mi nuera", porque el nivel de exigencia de Armenta es tal, que aunque Yadira recibió el estirón de orejas, nadie debe sentirse seguro.
Está claro que el mandatario tiene un ritmo que no todos le pueden seguir, y por eso quiso hablar así de fuerte a los integrantes del gabinete, aun cuando prácticamente va comenzando su mandato.
“¡Haiga sido, como haiga sido!” es una primera señal de que no está dispuesto a tolerar ineficiencias, ni mucho menos a permitir que sus funcionarios se la pasen de viaje o encerrados en sus oficinas mientras él anda ensuciando sus zapatos cada fin de semana en las llamadas faenas.
Otra advertencia que ayer mismo lanzó Armenta fue contra las obras del Complejo Museístico de La Constancia, donde dijo hay indicios de corrupción, aunque no queda claro si fue en época de Miguel Barbosa o Salomón Céspedes.
Según declaró Anel Nochebuena, cuando llegó al cargo ya habían detectado irregularidades y las denunciaron en su momento, pero la Auditoría Superior de la Federación sigue señalando que no se han cubierto las deficiencias encontradas.
Mientras se aclara quién puede ser responsable, el gobernador Armenta deslinda a su antecesor durante la inauguración del distribuidor vial al que fue invitado, junto con la tlaxcalteca Lorena Cuéllar.
Los ciudadanos merecen 1) estar bien informados sobre el uso correcto de los recursos públicos y 2) a que los políticos desquiten su sueldo que tampoco es poco. Se tenía qué decir, y se dijo.
